Si bien es cierto que en los niños muy pequeños es primordial que sus necesidades básicas (alimentación, higiene y descanso) estén satisfechas, no siempre su inquietud está relacionada a ellas. Una circunsancia que influye de manera directa son los cambios en su ambiente, los cuales lo pueden percibir tanto en la rutina como en sus padres.
Los niños pequeños son muy susceptibles a los cambios en su rutina, ya que ésta les proporciona seguridad. Dichos cambios, como posponer la hora de la comida, sueño o juego, seguramente generarán variaciones en el estado emocional de nuestros hijos e incluso pueden ocasionar angustia.
Cuando el cambio se percibe en uno o ambos padres, por ejemplo si ellos se encuentran angustiados por alguna situación, los niños lo perciben y reaccionan a ello.
Así, se vuelve esencial hablar con nuestros hijos para que sepan lo que está sucediendo, y que eventualmente dicha situación pasará. De esta forma, contribuiremos a que se preparen en caso de algún cambio y les ayudaremos a comprender lo que está sucediendo; aunque estén muy pequeños, ellos lo entenderán, lo que servirá para su tranquilidad.
Es importante recordar que la información que les proporcionemos a nuestros hijos tiene que ir de acuerdo a su edad.
En caso de que nuestro hijo continúe inquieto o angustiado, y tengamos dificultades para tranquilizarlo, sería recomendable buscar la ayuda de un especialista.
Lic. Mayusa Maldonado / lic_mayusa@psicologosmonterrey.com.mx
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