Razones por las que nos unimos en pareja.
Dicen que lo que te une a tu pareja muchas veces es lo que termina causándote más problemas o separándote de ella. Por lo anterior, hay quienes llegan al punto contrario al pensar, tal como lo mencionó Pablo Neruda en uno de sus poemas: “Para que nada nos separe, que nada nos una”, terminando por tener relaciones esporádicas o simplemente no teniendo una relación formal con alguien.
Finalmente existen muchas razones por las cuales uno decide unirse en una relación de pareja, y para conocer algunas de ellas recurrimos a un excelente autor y psicoanalista de familia y pareja, el Dr. Roberto Losso* quien en su libro “Psicoanálisis de la familia” describe las siguientes razones:
- Para no estar solos.
- Para llenar necesidades de amor y protección (gratificación afectiva).
- Como búsqueda de gratificación sexual adecuada y relativamente estable.
- Como búsqueda de un lugar donde pueda, en ciertas dosis, expresar la agresión, en una situación de seguridad en que sé que voy a ser tolerado y comprendido.
- Como búsqueda de independencia, la pareja me permite independizarme, por ejemplo de mi familia de origen.
- Como búsqueda de dependencia, en donde el otro me permita pequeñas regresiones (ej. apodos, conductas infantiles, etc.).
- Como búsqueda de alianzas para enfrentar dificultades: a) frente a las respectivas familias, b) frente al mundo: “tú y yo frente al mundo”.
- Para llenar necesidades de posesión “Eres mío(a)”.
- Para crear una cultura familiar propia, y transmitir a los hijos: a) un estilo de vida; b) una escala de valores, c) un lenguaje común, d) nuevas normas.
- Como intento de curación de heridas familiares (ej. “seremos mejores que nuestros padres” “no haremos con nuestros hijos lo que ellos hicieron”).
- Posibilidad de un proyecto en común: Poder “soñar juntos” proyectos compartidos (ej. tener hijos, realizaciones económicas, profesionales, sociales, etc.).
- Para compensar en la pareja las situaciones deficitarias infantiles, esperando recibir lo que no se obtuvo completamente en la infancia.
- Como realización de las fantasías infantiles de tomar el lugar de los padres. Es decir, ser adulto y tener una pareja como papá o mamá.
- Como confirmación de la identidad sexual. Es decir, me reconozco como varón o mujer en la medida en que el otro, varón o mujer, me reconoce como tal.
- Para realizar de algún modo la fantasía de completitud y fusión: es el mito de la “media naranja”.
Menciona el autor: “Todas estas motivaciones son en parte conscientes, pero en su mayoría, inconscientes, y se transmiten transgeneracionalmente”, por lo cual, el que no cae, resbala.
A fin de cuentas, nuestra historia, deseos, anhelos, carencias y demás características, nos llevan a tomar decisiones y aspiraciones no sólo consciente, sino inconscientemente; esto nos invita a analizar si nuestras decisiones, tal como la elección de pareja, nos han llevado a una situación que contribuye a nuestro bienestar, o si de alguna manera, nos afecta a nosotros o a alguien más al anclarnos en la repetición de un conflicto no resuelto anteriormente.
Dependiendo de la respuesta o situación, el acudir a atención psicológica puede aclarar el panorama y ayudar a entender y resolver de alguna manera el (o los) conflicto(s).
*Dr. Roberto Losso: Doctor en Medicina y Cirugía, Psicoanalista, Miembro Titular y Didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina y de la Internacional Psychoanalytic Association, Analista didacta de diversas asociaciones psicoanalíticas. Autor del Libro “Psicoanálisis de la Familia”, Buenos Aires, Ed. Lumen 2001.
Lic. Ana Beatriz Banda López, Psicóloga clínica psicoanalítica por la UANL.,
Psicoterapeuta PSIPRE, S. C., Especialista en niños y adolescentes (en curso) por la Asociación Regiomontana de Psicoanálisis, A. C., dedicada a la atención de niños, adolescentes y adultos, participaciones en T.V. y radio. Ha escrito artículos de contenido psicológico y psicoanalítico.
Correo: lic_ana@psicologosmonterrey.com.mx
![Pinocho de Guillermo del Toro: Des-obediencia e Im-perfección Foto de Netflix - © 2022 Netflix, Inc. Imagen recuperada del portal de IMDB. La desobediencia, obediencia, perfección e imperfección giran alrededor de esta historia contada por Guillermo del Toro, una versión del clásico cuento infantil de la marioneta con vida creada por Geppetto, un zapatero que vive en un pueblo italiano en medio de la guerra fascista. Esta marioneta llamada Pinocho cobra vida con las palabras de un guardián mágico, que aparece como El Genio de Aladdin para concederle un deseo a Geppeto; la compañía y el amor de un hijo. Geppeto ha perdido a su nieto, Carlo, en un trágico accidente en medio de un bombardeo. En el fondo quiere que Pinocho sea como Carlo, un niño cariñoso, curioso y obediente, perfecto; así como él era un padre igual de perfecto en el pasado, que cantaba por las noches, jugaba y era querido por su comunidad. Esto cambia cuando Carlo muere, Geppeto deja de trabajar, comienza a beber y alejarse de los otros, ahora pasa a ser otro borracho del pueblo, abatido por el dolor de la pérdida, señalado como un loco perverso (exageradamente) por haber creado a Pinocho. Pinocho es un ser curioso que vorazmente quiere entender el mundo, se tropieza y camina alegre, cantando, jugando y divirtiéndose. De su nariz crecen ramas que se hacen más grandes cada vez que dice una mentira, los demás le ordenan que obedezca aunque apenas está aprendiendo qué es obedecer y qué es una mentira. ¿Por qué desear que Pinocho nazca obedeciendo? Para que así sea perfecto, porque los niños obedecen a los adultos, y éstos a su vez obedecen con mayor naturalidad, a lo que yo agregaría: porque están más inmersos en la cultura, lo que los detiene de hacer cosas que no están bien vistas por los demás. En mi consulta, y seguramente en la de muchos colegas que reciben pacientes infantiles, he escuchado a padres que no logran que sus hijos los obedezcan, hacen más caso a otras personas que los rodean, o solo a uno de ellos. Ante el desplegamiento de estos escenarios pregunto por qué piensan que esto es así, a lo que responden que quizás sea porque no pasan mucho tiempo con ellos por su trabajo, que el otro los consiente en todo y respetan más al que cumple todos sus deseos; todas estas respuestas responden fácilmente a esta pregunta, aunque hay algo más, aquello que corresponde al deseo de ser padres y la autoridad que éstos se dan a sí mismos para ejercer las funciones de la paternidad. Algunos con timidez confiesan que temen frustrarlos para evitar ser juzgados por otros padres, que les cuesta poner límites porque quieren ver a sus hijos cien por cierto felices. Sin embargo no hay que perder de vista que como cuidadores su responsabilidad es tomar decisiones por ellos, recordando que no se van a traumatizar porque no consiguen lo que quieren, ellos necesitan aprender a tolerar la frustración porque afuera no habrá alguien que los complazca completamente. Joseph Knobel Freud en su Libro: Los retos de ser padres, nos recuerda que los límites evitan que los niños terminen perdidos en el país del nunca jamás, como Peter Pan, sin nadie que los mire y sostenga. Por otro lado, un peculiar escritor intelectual busca escribir en papel sus memorias de vida, y termina narrando la vida de Pinocho. Somos testigos de sus tropiezos, sus intentos fallidos de que otros lo escuchen, de ser como un guía espiritual para los demás, con la intención de que tomen buenas decisiones; está ahí para recalcar la desobediencia, pero no solo eso. Este famoso personaje del que hablo es, como seguro ya adivinaron, el sabio Sebastian Cricket, o conocido por muchos como Pepe Grillo. En un video para Netflix destaca un aspecto muy valioso de la madera con la que es diseñada Pinocho. Es una madera que no es perfecta, y la vida tampoco lo es; uno puede meter un poco la pata, o varias patas, pero damos lo mejor de nosotros mismos y eso es lo mejor que podemos hacer. Esta marioneta con vidas de gato, Pinocho, se pregunta cosas muy interesantes, entre ellas: ¿por qué la guerra? La guerra es dolor, separación, rutina, muerte. Las escenas de los niños ejercitándose para la guerra, o más bien esclavisándose, en la época fascista, rodeados de bombas que acabaran con sus vidas; fueron impresionantes para mí, y me hacen pensar en las palabras dichas por Guillermo del Toro en una entrevista: “La animación puede contar cualquier historia, lo raro, lo siniestro, lo terrible”. En momentos la furia y el enojo se muestran como algo casi malévolo, Geppeto en una escena corta la madera enfurecido y Volpe, el vicioso malvado que maltrata a Pinocho y Spazzatura, quiere quemarlo vivo. Recordando que esta historia sucede en la época fascista, se nos muestra una competencia entre dos equipos rivales con Pinocho y Candlewick (hijo del Podestà, que cuida el bienestar moral del pueblo) como líderes, quienes se esfuerzan por ser amados por sus padres. El “juego” termina con un abrazo tierno entre dos amigos que declaran un empate, no quieren hacerse daño, a la que podríamos darle la lectura de la renuncia de Candlewick a los deseos de su padre (quien piensa que es un cobarde) desde la desobediencia, negándose a matar a Pinocho, diciendo: ”Toda mi vida traté de complacerte, pero nunca lo haré. Tenías razón, soy delgado, débil, frágil como la mecha de una vela [wick of a candle, como su nombre], siempre con miedo. Pero con todo el miedo que tengo, ahora voy a decirte que no. No me da miedo decirte que no”. El mensaje está ahí: No hay uno mejor que el otro, para los dos hay lugar, ambos pueden ganar. Los sentimientos entre los hombres ejercen un efecto contrario a la guerra; la amistad y la unión son el enemigo de la destrucción total, en palabras del padre del Psicoanálisis (Sigmund Freud). Al final de la película Pinocho salva a Geppetto, el grillo y Spazzatura de morir ahogados, perdiendo un brazo y su propia vida, aunque el noble grillo (como lo llama la guardiana) pide como deseo que vuelva. Geppetto confiesa mientras sostiene en brazos a Pinocho que trataba de convertirlo en alguien que no es, le pide que no sea Carlo, que sea justo como es él, que así lo ama; a lo que él responde: “Entonces seré Pinocho”. No tenemos que cambiar para ser amados, algunos nos amarán y aceptarán tal como somos, imperfectos. La gran salvación que tenemos es abrazar nuestras imperfecciones, esa es la tierna lectura que le da Guillermo del Toro. La rigidez y la perfección llevan a un solo destino: la destrucción, el fascismo. Las salvaciones van más allá del sacrificio amoroso. Pinocho salva al Grillo (de sus vanidades), a Geppeto (de su duelo) y Spazzatura (de su amo), pero no haciéndolo él, si no permitiendo con su ejemplo que ellos mismos se liberen. Esto es un verdadero héroe en una historia, en palabras de Héctor Mendoza Cuevas, cinéfilo mexicano. Por último, responderé a la tan repetitiva pregunta de si esta es o no es una película para niños con palabras del propio Guillermo: "No es una película para niños, pero los niños la pueden ver siempre y cuando tengan padres que hablen con ellos". Referencias bibliográficas: Freud, Sigmund, Obras Completas, Ed. Amorrortu, Argentina, 1991, 24 T. ¿Por qué la Guerra?, (1933 [1932]), T. XXII. Psipre. (14 de diciembre de 2022). Pinocho: Padres e hijos imperfectos. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=3EOUTh6KKX8&t=2874s Sopitas. (8 de diciembre de 2022). Entrevista con Guillermo del Toro l Su versión sobre Pinocchio, una de las mejores películas del año. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=tK34eayf04w Fuera de foco. (8 de diciembre de 2022). GUILLERMO DEL TORO: ¿Qué se puede hacer por la ANIMACIÓN en MÉXICO I ENTREVISTA /. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=I_2Ff57Ikc4 Knobel Freud, J. (2019). El reto de ser padres. Paidós.](https://psicologosmonterrey.com.mx/wp-content/uploads/2024/10/IMG-20241009-WA0011.jpg)






