Un producto del ser humano que ha sido estudiado por muchos años y desde diferentes ángulos, es el sueño, la serie de imágenes que tenemos algunas veces después de despertar y que recordamos a retazos. En ocasiones el recuerdo del sueño puede perderse en el transcurso del día o puede permanecer con pocos cambios e incluso, al pensarlo o hablarlo, pueden agregarse fragmentos olvidados.
Una de las grandes incógnitas por la cual ha sido estudiado los sueños, es para saber cuál es su significado. A lo largo de la humanidad se ha ido cambiando el sentido de los sueños y dando diversas interpretaciones tales como augurios, simbolismos espirituales, advertencias etc. Fue el Dr. Sigmund Freud quien le dio un giro trascendental a la interpretación onírica; para él, el sueño era, a grandes rasgos, el cumplimiento de un deseo inconsciente, un mensaje cifrado como jeroglífico del cual sólo el soñante tiene la clave de su significado.
El sueño entonces se presenta como una maraña de imágenes sin mucha coherencia, lleno de contradicciones y laberintos por explorar. Las personas que aparecen puede recordar a otras o una imagen puede representar varios elementos condensados. Estas características del sueño hacen difícil su comprensión a primera vista. Para eso se requiere un trabajo del sueño, es decir, despejar los elementos que aparecen de manera manifiesta para vincularlos por medio de asociaciones que lleven a otros componentes ocultos. A modo de ejemplo, presento el fragmento del sueño de G, al igual que un extracto de su significado:
Soñé que iba en un carro con M y con mis hermanos menores. Teníamos que pasar la frontera de “Nueva Inglaterra”( que después rectificó diciendo que era la frontera de Inglaterra). Del carro nos bajamos M y yo para ver cómo podíamos pasar esta frontera sin tener papeles; entró primero ella y cuando entré yo, ella al parecer, ya había comentado algo con la persona que estaba ahí. Era el embajador de Inglaterra, sólo nos saludó, se despidió y salimos. Salimos de esa oficina y M me dijo que había 3 opciones para pasar como “mulas”; la primera constaba de que el embajador nos metiera en una maleta pero no sabía de qué forma y las otras dos no las supe. Desperté.
De este pequeño fragmento, el soñante descompuso algunos elementos: para empezar, M era una chica con quien ese momento el soñante salía en un plan amoroso. El elemento de sus hermanos menores presentes le hizo pensar en su interés de que M se conociera y conviviera con sus hermanos. Cuando pensaba en “Nueva Inglaterra”, se dio cuenta que ese es el nombre de una de las entre calles de su domicilio, la cual hace frontera. Este pensamiento lo encadenó al “pasar la frontera sin tener papeles”. G sabía que para sus padres sería difícil aceptar, por el momento, una relación amorosa de G con M por razones familiares; esto haría una relación “ilegal” o fuera de la ley de ellos. G asocia con la parte de la maleta, que la única manera de que acepten que crucen la frontera (que tengan una relación) es de una manera incómoda. También se da cuenta que en su sueño, M tiene una parte mucho más activa que él, ya que ella habla con el embajador y llega a un acuerdo. G se da cuenta que él quisiera que ella resolviera parte de sus miedos.
Lo importante de este sueño, es que más allá de ser imágenes sin sentido o ilógicos, podemos entrever que el proceso onírico tiene una estructura diferente a lo racional o habitual de nuestro pensamiento. El sueño oculta una o varias verdades que en este sentido, son únicas para cada persona. El análisis de nuestros sueños puede revelar lo que somos y queremos, pero que no apreciamos.
Lic. Diego García
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