Necesito estar bien para mis hijos

¿Cuántas veces, como padres, nos damos cuenta que estamos reaccionando de manera exagerada frente a nuestros hijos? Para esos momentos, es importante que nos detengamos a pensar en nosotros mismos y hacernos conscientes de lo que nos pueda estar dificultando nuestro papel.

Lo mejor es reflexionar como individuos dentro de nuestra función como padres porque, de esta forma, entenderemos quién está educando a nuestros hijos. Si no nos conocemos, tendremos puntos ciegos y esto nos dificultará entender por qué algunas cuestiones (ej. la disciplina), no están funcionando o se nos complican.

Además, recordemos que como padres contribuimos a que nuestros hijos conozcan el mundo a través de lo que les enseñamos. Si nosotros les presentamos al mundo como un lugar hostil, ellos así lo van a percibir en un inicio. De ahí la importancia de reflexionar respecto a nuestra propia percepción del mundo ¿Cuáles son nuestros miedos? ¿Cuál es nuestra percepción del entorno? ¿Qué le estoy transmitiendo a mi hijo?

Recordemos que como padres transmitimos, no solamente a través de la palabra, también por medio de nuestras actitudes, y, en muchas ocasiones, no se necesita decir una sola palabra para que ellos perciban nuestro enojo, angustia o miedo. Así, es necesario observarnos y reflexionar, para entender el origen de dichas reacciones, que como comentaba en un inicio, pueden llegar a ser exageradas.

Un ejemplo de lo anterior, pueden ser los gritos. Si nosotros nos exaltamos más frente a algunas circunstancias debemos evaluar el porqué, ya que los conflictos no resueltos en nosotros como individuos, van a influir en nuestra función de padres y en nuestros hijos, e incluso impedir conectarnos con ellos o ayudarlos.

Casos como el anterior, pueden resultar en niños inseguros, con una autoestima afectada, además de verse perjudicado el vínculo que tenemos con ellos, ya que, todas estas reacciones exageradas o incomprendidas por nuestros hijos, que se deben a estos conflictos no resueltos, repercuten en la comunicación con ellos y finalmente pueden separarnos en lugar de acercarnos.

En resumen, para entender quién está educando a nuestros hijos, es necesario hacer una reflexión sobre nosotros mismos; detectar cuáles son nuestras problemáticas, miedos, enojos, angustias y entender nuestra propia percepción del mundo, para comprender lo que le estamos transmitiendo a nuestros hijos. Y, si en este proceso nos damos cuenta que lo que les enseñamos a nuestros hijos no es lo que nos gustaría, pensar que estamos a tiempo de cambiarlo. Porque si yo no estoy bien, no soy un buen padre…

Recomendaciones

• Reflexionar respecto a nosotros como personas y padres, recordemos que para que nuestros hijos estén bien, primero tenemos que estar bien nosotros.
• Buscar mantener una buena comunicación con nuestros hijos.
• En caso de considerar que exista alguna cuestión que nos pueda estar dificultando nuestro papel como padres buscar ayuda de un especialista.

Lic. Mayusa Maldonado / lic_mayusa@psicologosmonterrey.com.mx

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