Cuando el autoestima de mamá afecta el autoestima del hijo

Entendemos por autoestima los sentimientos y creencias que tenemos sobre nosotros mismos, impactando directamente en todo lo que hacemos en la vida: desde la forma de pensar, hasta la forma de interactuar con los demás, especialmente con nuestros hijos.

Tomando en cuenta que nosotros les transmitimos a ellos los conocimientos que tenemos de la vida, también les transmitimos la percepción que tengamos de ésta, incluyendo los aspectos tanto positivos como negativos. Así que reflexionemos ¿qué transmitimos de la vida cuando tenemos baja autoestima?

Nuestros hijos aprenden indiscriminadamente sin poder evaluar si lo que les transmitimos es positivo o negativo y sin poder rechazar fácilmente lo que les afecte de nosotros; al menos así es en los primeros años de vida, que para colmo, son los más importantes para la formación de la personalidad.

¿Por qué mi autoestima puede afectar a mi hijo?

• Porque a partir del amor que mamá se tenga a sí misma podrá amar a sus hijos, y a su vez a enseñarles a ellos a que se amen y se cuiden.
• Porque si no me amo o me respeto, los demás difícilmente lo harán hacia mí y ellos aprenden a través de nuestras conductas.
• Al ver a una madre que no se ama a sí misma aprenden que así debe ser: en el caso de las niñas será el modelo a seguir y en el caso de los niños será el modelo que busquen como pareja, o al menos ambos partirán de ese modelo para saber qué quieren o qué no quieren.
• Porque esto repercute directamente en mi satisfacción personal como madre, como pareja, como trabajadora y principalmente como persona.

¿Cómo detectar si está sucediendo esto en mi familia?

• Cuando atiendo más a mis hijos que a mí misma. Ejemplos: cuando priorizo la comodidad de mis hijos, incluso cuando estoy enferma teniendo la oportunidad de ser ayudada, o cuando les compro ropa a mis hijos (considerando que ya tienen la necesaria) pero me pongo más peros para comprarme a mí (incluso cuando sí se ocupa).
• Cuando busco la compañía de mis hijos el mayor tiempo posible, para no sentirme sola.
• Cuando me apoyo más en mi hijos que en mi pareja o que en mis recursos personales (ejemplos: cuando le(s) cuento mis problemas, cuando le(s) pido que duerma conmigo, etc.).
• Cuando a través de mis hijos vivo los logros que yo quise vivir y no viví. Ejemplos: Inscribirlos en clases extracurriculares que yo quiero (deportes, música, etc.), darles permisos y salidas que yo quise tener, darles aparatos electrónicos y lujos que yo no tuve, etc.

Recomendaciones:

• Detectar lo que demando a mis hijos, tomando en cuenta el impacto que puede tener en ellos.
• Tener momentos de reflexión sobre lo que quieres en la vida y lo que te ha impedido que lo realices.
• Ponerme más atención, dándome más cuidados y cariños, aprendiendo a disfrutar mi propia compañía.

Y finalmente, si lo anterior no funciona, buscar ayuda profesional que te permita trabajar con tu forma de amarte a ti y a los demás. Esto no sólo te beneficiará a ti, si no a tus hijos, pareja, y seres queridos.

Lic. Ana Beatriz Banda López / Lic_ana@psicologosmonterrey.com.mx