Misoginia

Misoginia & rivalidad femenina

La misoginia se define como “odio a las mujeres”, y a su vez, odio se define como “rencor hacia algo cuyo mal se desea”. Así pues, cuando escuchamos el término ‘misoginia femenina’ nos podríamos preguntar: ¿Las mujeres se pueden odiar por el simple hecho de pertenecer al mismo género?

Quizás podríamos contestar afirmativamente, porque lo vemos en la vida diaria, en las redes sociales cuando nos encontramos videos o publicaciones en las que se insulta entre mujeres (amiga, hermana, prima, tía, etc.), en el trabajo cuando las mujeres escalan puestos directivos y denigran a sus subordinadas o tiene preferencias muy marcadas hacia los hombres, en los chismes de oficina (originados por mujeres) donde critican a aquellas que tuvo un ascenso e inventan que éste se debió a razones poco éticas y meritorias. En fin, el odio y la rivalidad entre mujeres se presenta bastante hoy en día. Sin embargo, nuestro principal objetivo aquí es comprender por qué pasa esto.

Primeramente tenemos que hacer la diferencia entre misoginia y rivalidad. Si bien lo anterior se inclina más a una cuestión de rivalidad femenina, y es aquí donde se tiende a confundirse entre la misoginia y la rivalidad por competitividad que existe entre mujeres. Es de la competitividad de donde surge la idea que muchas mujeres pueden decir: “A mí me costó trabajo llegar a donde estoy y no voy a permitir que otra venga a quitarme lo he logrado”.

Detrás de la rivalidad femenina podemos encontrar miedo e inseguridad, pues una mujer que ha llegado lejos sabrá de lo que será capaz otra mujer. Estas inseguridades que surgen entre las personas del mismo sexo se van generando desde la infancia a partir de los aprendizajes que se trasmiten de generación en generación.

Desde niñas nos inculcaron creencias sobre las mujeres, como cuál es el rol social que se tiene establecido según la comunidad en la que se viva, cómo se “deben” desarrollar en el mundo, etc., de tal manera que crecemos con ello y simplemente se adopta como un estilo de vida sin cuestionamiento alguno, pues a esa edad no se tienen creencias propias.

Una vez que creces y te das cuenta de que lo que te dijeron sobre las mujeres no necesariamente es cierto, comienzas a generar resentimiento y confusión ya que va en contra de lo que te inculcaron.

Si te has identificado, aunque sea un poco con estas actitudes, quizás sea el momento evaluar sobre las ideas que te trasmitieron de pequeña sobre lo que hay que hacer para ser valiosa y reconocida, y tener tus propias creencias. Preguntarte si estás construyendo o destruyendo a tu propio sexo. Identifica tus emociones, ¿hay enojo, rivalidad, competencia destructiva?

Es conveniente hacer una introspección exhaustiva para encontrar qué hay en ti, que te hace reñir con otras mujeres. Para encontrarlo puedes utilizar a esas mujeres como espejos. «¿Qué de ella me mueve que le quiero hacer la vida imposible?». Como dice el dicho: «Lo que te choca, te checa».

Así será más fácil aprender de otras mujeres; Preguntarte cómo le han hecho para destacar, pero sin compararte, recodando que todos tienen su propio camino y experiencia de vida. No importa cuáles son tus creencias, si te hacen daño siempre puedes reaprender asistiendo a terapia o con cuestionamientos muy profundos y honestos contigo misma.

Lic. Ana Margarita Casillas Ureña

Psicóloga clínica/Psicoterapeuta de PSIPRE GDL. S.C.
lic_margarita@psicologosmonterrey.com.mx

 

 

 

 

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