Hablando honestamente, es muy difícil estar en una relación de pareja cuando tengo baja autoestima, ya que sí es muy cierto que primero hay que amarse a uno mismo, para poder amar y ser amado; pero como dicen, siempre hay un roto para un descosido, por lo que en muchas ocasiones se forman parejas donde puede haber muchos conflictos individuales y, por ende, relacionales.
Cuando uno de los miembros de la pareja tiene baja autoestima, principalmente, se percibe a sí mismo por debajo de los demás, lo que significa que su conducta, pensamientos y sentimientos, estarán a merced de lo que piensen y necesiten los demás, ya que, en estos casos, a quien se tiene que complacer para mantenerlos cerca, es a las personas que conforman el exterior. Así:
- Actúo de acuerdo a lo que pienso que el otro necesita.
 - No pongo límites frente a lo que no me gusta, ya que mi pareja podría decepcionarse o molestarse.
 - Analizo qué conducta espera de mí para tratar de mantenerla.
 - Trato de hacer todo lo que me pida.
 - Espero acciones y reacciones de él o ella para actuar.
 - De manera pasiva espero que se dé cuenta de lo que necesito.
 - Reprimo sentimientos, impulsos y pensamientos que creo pudieran ir en contra a lo que él espera de mí o ya conoce de mí.
 - Acepto sus condiciones, sin acordar las mías, “no importa cuánto tenga que cambiar de mi vida, de todos modos, ni era feliz con ella”.
 
Inicialmente, esto puede llevar a que una relación parezca prácticamente ideal, pero siempre que algo es perfecto, uno o ambos se están guardando algo, ya que nadie coincide al 100% con otro ser humano. Con el paso del tiempo pueden darse las siguientes circunstancias.
- Al haber puesto a mi pareja por encima de mí, me olvidé de todo lo que era, soy y puedo ser, por lo que ahora necesito que él o ella, lo haga por mí: me dé un sentido, me dé algo que hacer, me dé felicidad.
 - Él o ella, como dio todo en la relación, espera recibir lo mismo a cambio tanto en tiempo, como dedicación, afecto, etc. lo cual es imposible.
 - Todos aquellas cosas reprimidas y disfrazadas empiezan a presionar fuertemente por salir; y salen de una u otra forma: bajo discusiones, tensión constante, pero sobre todo, agresión pasiva, ya que, me siento enojado, pero tengo mucho temor de lo que puede salir de mí, y de qué forma.
 - Se sigue teniendo mucho temor al abandono, pero ahora, se demanda. Se exige el afecto y la compañía bajo la idea de que “por amor te necesito”.
 - Se convierte en un círculo vicioso: ahora que ya hay tensión y discusiones, me da culpa, lo que genera más temor al abandono, lo que genera mayor abnegación.
 
“Pintando” así el escenario, aparentemente, sólo uno sufre: la persona con baja autoestima; y esto es totalmente un mito. La pareja lo sufre y mucho:
- Puede sentirse engañado, por no haber conocido quién era esa persona realmente.
 - Puede sentir que al lado tuvo a alguien que no fue parte de la relación, que no aportó, vivió, compartió, etc. sino que estuvo de manera pasiva esperando ser “salvado”.
 - Puede sentirse con la responsabilidad de hacer algo por él o ella, pero en realidad, nunca es suficiente.
 - Puede sentirse completamente abrumado por la gran cantidad de “tareas” que tiene que cumplirle, lo cual se resume en: darle sentido a su vida (lo cual es una tarea muy pesada).
 - Puede no tener un lugar o momento donde ser débil, indefenso, ya que tiene que ser fuerte para la pareja quien está más necesitada.
 - Puede estar en una posición “materna” que no le corresponde, donde la pareja se vuelve tan vulnerable como un niño.
 - Y claro, puede estar lleno de enojo, por semejante “trabajo”.
 
Tampoco nos vayamos al extremo pensando, que ahora el anteriormente descrito es la víctima. Ninguno de los dos, ya que cada uno tiene responsabilidad por lo que es y por sus elecciones. Además también aquel que se involucró en una relación donde amenazaba con ser de esa forma, puede tener una necesidad más escondida complementaria.
Esa responsabilidad, se vuelve en parte, difícil de distinguir cuando uno no entiende por qué se siente de esa forma, o en qué momento se involucró en una relación que causa más dolor que satisfacción. Allí entra aquella parte oscura de nosotros mismos, a la cual sólo tenemos acceso cuando tenemos un profundo conocimiento de nuestro “mundo interno”.
Hasta que conocemos ese mundo interno, y nos damos cuenta que, fuimos movidos inconscientemente por nosotros mismos a situaciones que no nos gustan… hasta ese momento, podemos tomar cartas en el asunto y decidir: ¿quiero seguir siendo así? ¿Qué busco en una relación así?
La verdad es que todos estamos un poco rotos o descosidos en alguna parte, pero eso siempre se puede mejorar.
Aquella mejora empieza por mí, pensando en mí; si yo puedo sentirme bien conmigo mismo, las relaciones de pareja podrán ser altamente constructivas y no destructivas, ya que la mejor forma de estar en pareja, es sabiendo estar solos.
Lic. Florencia Bevilacqua
lic_florencia@psicologosmonterrey.com.mx
								
															
							
				![Pinocho de Guillermo del Toro: Des-obediencia e Im-perfección Foto de Netflix - © 2022 Netflix, Inc. Imagen recuperada del portal de IMDB. La desobediencia, obediencia, perfección e imperfección giran alrededor de esta historia contada por Guillermo del Toro, una versión del clásico cuento infantil de la marioneta con vida creada por Geppetto, un zapatero que vive en un pueblo italiano en medio de la guerra fascista. Esta marioneta llamada Pinocho cobra vida con las palabras de un guardián mágico, que aparece como El Genio de Aladdin para concederle un deseo a Geppeto; la compañía y el amor de un hijo. Geppeto ha perdido a su nieto, Carlo, en un trágico accidente en medio de un bombardeo. En el fondo quiere que Pinocho sea como Carlo, un niño cariñoso, curioso y obediente, perfecto; así como él era un padre igual de perfecto en el pasado, que cantaba por las noches, jugaba y era querido por su comunidad. Esto cambia cuando Carlo muere, Geppeto deja de trabajar, comienza a beber y alejarse de los otros, ahora pasa a ser otro borracho del pueblo, abatido por el dolor de la pérdida, señalado como un loco perverso (exageradamente) por haber creado a Pinocho. Pinocho es un ser curioso que vorazmente quiere entender el mundo, se tropieza y camina alegre, cantando, jugando y divirtiéndose. De su nariz crecen ramas que se hacen más grandes cada vez que dice una mentira, los demás le ordenan que obedezca aunque apenas está aprendiendo qué es obedecer y qué es una mentira. ¿Por qué desear que Pinocho nazca obedeciendo? Para que así sea perfecto, porque los niños obedecen a los adultos, y éstos a su vez obedecen con mayor naturalidad, a lo que yo agregaría: porque están más inmersos en la cultura, lo que los detiene de hacer cosas que no están bien vistas por los demás. En mi consulta, y seguramente en la de muchos colegas que reciben pacientes infantiles, he escuchado a padres que no logran que sus hijos los obedezcan, hacen más caso a otras personas que los rodean, o solo a uno de ellos. Ante el desplegamiento de estos escenarios pregunto por qué piensan que esto es así, a lo que responden que quizás sea porque no pasan mucho tiempo con ellos por su trabajo, que el otro los consiente en todo y respetan más al que cumple todos sus deseos; todas estas respuestas responden fácilmente a esta pregunta, aunque hay algo más, aquello que corresponde al deseo de ser padres y la autoridad que éstos se dan a sí mismos para ejercer las funciones de la paternidad. Algunos con timidez confiesan que temen frustrarlos para evitar ser juzgados por otros padres, que les cuesta poner límites porque quieren ver a sus hijos cien por cierto felices. Sin embargo no hay que perder de vista que como cuidadores su responsabilidad es tomar decisiones por ellos, recordando que no se van a traumatizar porque no consiguen lo que quieren, ellos necesitan aprender a tolerar la frustración porque afuera no habrá alguien que los complazca completamente. Joseph Knobel Freud en su Libro: Los retos de ser padres, nos recuerda que los límites evitan que los niños terminen perdidos en el país del nunca jamás, como Peter Pan, sin nadie que los mire y sostenga. Por otro lado, un peculiar escritor intelectual busca escribir en papel sus memorias de vida, y termina narrando la vida de Pinocho. Somos testigos de sus tropiezos, sus intentos fallidos de que otros lo escuchen, de ser como un guía espiritual para los demás, con la intención de que tomen buenas decisiones; está ahí para recalcar la desobediencia, pero no solo eso. Este famoso personaje del que hablo es, como seguro ya adivinaron, el sabio Sebastian Cricket, o conocido por muchos como Pepe Grillo. En un video para Netflix destaca un aspecto muy valioso de la madera con la que es diseñada Pinocho. Es una madera que no es perfecta, y la vida tampoco lo es; uno puede meter un poco la pata, o varias patas, pero damos lo mejor de nosotros mismos y eso es lo mejor que podemos hacer. Esta marioneta con vidas de gato, Pinocho, se pregunta cosas muy interesantes, entre ellas: ¿por qué la guerra? La guerra es dolor, separación, rutina, muerte. Las escenas de los niños ejercitándose para la guerra, o más bien esclavisándose, en la época fascista, rodeados de bombas que acabaran con sus vidas; fueron impresionantes para mí, y me hacen pensar en las palabras dichas por Guillermo del Toro en una entrevista: “La animación puede contar cualquier historia, lo raro, lo siniestro, lo terrible”. En momentos la furia y el enojo se muestran como algo casi malévolo, Geppeto en una escena corta la madera enfurecido y Volpe, el vicioso malvado que maltrata a Pinocho y Spazzatura, quiere quemarlo vivo. Recordando que esta historia sucede en la época fascista, se nos muestra una competencia entre dos equipos rivales con Pinocho y Candlewick (hijo del Podestà, que cuida el bienestar moral del pueblo) como líderes, quienes se esfuerzan por ser amados por sus padres. El “juego” termina con un abrazo tierno entre dos amigos que declaran un empate, no quieren hacerse daño, a la que podríamos darle la lectura de la renuncia de Candlewick a los deseos de su padre (quien piensa que es un cobarde) desde la desobediencia, negándose a matar a Pinocho, diciendo: ”Toda mi vida traté de complacerte, pero nunca lo haré. Tenías razón, soy delgado, débil, frágil como la mecha de una vela [wick of a candle, como su nombre], siempre con miedo. Pero con todo el miedo que tengo, ahora voy a decirte que no. No me da miedo decirte que no”. El mensaje está ahí: No hay uno mejor que el otro, para los dos hay lugar, ambos pueden ganar. Los sentimientos entre los hombres ejercen un efecto contrario a la guerra; la amistad y la unión son el enemigo de la destrucción total, en palabras del padre del Psicoanálisis (Sigmund Freud). Al final de la película Pinocho salva a Geppetto, el grillo y Spazzatura de morir ahogados, perdiendo un brazo y su propia vida, aunque el noble grillo (como lo llama la guardiana) pide como deseo que vuelva. Geppetto confiesa mientras sostiene en brazos a Pinocho que trataba de convertirlo en alguien que no es, le pide que no sea Carlo, que sea justo como es él, que así lo ama; a lo que él responde: “Entonces seré Pinocho”. No tenemos que cambiar para ser amados, algunos nos amarán y aceptarán tal como somos, imperfectos. La gran salvación que tenemos es abrazar nuestras imperfecciones, esa es la tierna lectura que le da Guillermo del Toro. La rigidez y la perfección llevan a un solo destino: la destrucción, el fascismo. Las salvaciones van más allá del sacrificio amoroso. Pinocho salva al Grillo (de sus vanidades), a Geppeto (de su duelo) y Spazzatura (de su amo), pero no haciéndolo él, si no permitiendo con su ejemplo que ellos mismos se liberen. Esto es un verdadero héroe en una historia, en palabras de Héctor Mendoza Cuevas, cinéfilo mexicano. Por último, responderé a la tan repetitiva pregunta de si esta es o no es una película para niños con palabras del propio Guillermo: "No es una película para niños, pero los niños la pueden ver siempre y cuando tengan padres que hablen con ellos". Referencias bibliográficas: Freud, Sigmund, Obras Completas, Ed. Amorrortu, Argentina, 1991, 24 T. ¿Por qué la Guerra?, (1933 [1932]), T. XXII. Psipre. (14 de diciembre de 2022). Pinocho: Padres e hijos imperfectos. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=3EOUTh6KKX8&t=2874s Sopitas. (8 de diciembre de 2022). Entrevista con Guillermo del Toro l Su versión sobre Pinocchio, una de las mejores películas del año. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=tK34eayf04w Fuera de foco. (8 de diciembre de 2022). GUILLERMO DEL TORO: ¿Qué se puede hacer por la ANIMACIÓN en MÉXICO I ENTREVISTA /. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=I_2Ff57Ikc4 Knobel Freud, J. (2019). El reto de ser padres. Paidós.](https://psicologosmonterrey.com.mx/wp-content/uploads/2024/10/IMG-20241009-WA0011.jpg)






