Artículo de la Lic. Florencia Bevilacqua donde habla de la influencia de la baja autoestima en la relación de pareja.

¿Mi baja autoestima puede afectar mi relación de pareja?

Hablando honestamente, es muy difícil estar en una relación de pareja cuando tengo baja autoestima, ya que sí es muy cierto que primero hay que amarse a uno mismo, para poder amar y ser amado; pero como dicen, siempre hay un roto para un descosido, por lo que en muchas ocasiones se forman parejas donde puede haber muchos conflictos individuales y, por ende, relacionales.

 

Cuando uno de los miembros de la pareja tiene baja autoestima, principalmente, se percibe a sí mismo por debajo de los demás, lo que significa que su conducta, pensamientos y sentimientos, estarán a merced de lo que piensen y necesiten los demás, ya que, en estos casos, a quien se tiene que complacer para mantenerlos cerca, es a las personas que conforman el exterior. Así:

 

  • Actúo de acuerdo a lo que pienso que el otro necesita.
  • No pongo límites frente a lo que no me gusta, ya que mi pareja podría decepcionarse o molestarse.
  • Analizo qué conducta espera de mí para tratar de mantenerla.
  • Trato de hacer todo lo que me pida.
  • Espero acciones y reacciones de él o ella para actuar.
  • De manera pasiva espero que se dé cuenta de lo que necesito.
  • Reprimo sentimientos, impulsos y pensamientos que creo pudieran ir en contra a lo que él espera de mí o ya conoce de mí.
  • Acepto sus condiciones, sin acordar las mías, “no importa cuánto tenga que cambiar de mi vida, de todos modos, ni era feliz con ella”.

 

Inicialmente, esto puede llevar a que una relación parezca prácticamente ideal, pero siempre que algo es perfecto, uno o ambos se están guardando algo, ya que nadie coincide al 100% con otro ser humano. Con el paso del tiempo pueden darse las siguientes circunstancias.

 

  • Al haber puesto a mi pareja por encima de mí, me olvidé de todo lo que era, soy y puedo ser, por lo que ahora necesito que él o ella, lo haga por mí: me dé un sentido, me dé algo que hacer, me dé felicidad.
  • Él o ella, como dio todo en la relación, espera recibir lo mismo a cambio tanto en tiempo, como dedicación, afecto, etc. lo cual es imposible.
  • Todos aquellas cosas reprimidas y disfrazadas empiezan a presionar fuertemente por salir; y salen de una u otra forma: bajo discusiones, tensión constante, pero sobre todo, agresión pasiva, ya que, me siento enojado, pero tengo mucho temor de lo que puede salir de mí, y de qué forma.
  • Se sigue teniendo mucho temor al abandono, pero ahora, se demanda. Se exige el afecto y la compañía bajo la idea de que “por amor te necesito”.
  • Se convierte en un círculo vicioso: ahora que ya hay tensión y discusiones, me da culpa, lo que genera más temor al abandono, lo que genera mayor abnegación.

“Pintando” así el escenario, aparentemente, sólo uno sufre: la persona con baja autoestima; y esto es totalmente un mito. La pareja lo sufre y mucho:

 

  • Puede sentirse engañado, por no haber conocido quién era esa persona realmente.
  • Puede sentir que al lado tuvo a alguien que no fue parte de la relación, que no aportó, vivió, compartió, etc. sino que estuvo de manera pasiva esperando ser “salvado”.
  • Puede sentirse con la responsabilidad de hacer algo por él o ella, pero en realidad, nunca es suficiente.
  • Puede sentirse completamente abrumado por la gran cantidad de “tareas” que tiene que cumplirle, lo cual se resume en: darle sentido a su vida (lo cual es una tarea muy pesada).
  • Puede no tener un lugar o momento donde ser débil, indefenso, ya que tiene que ser fuerte para la pareja quien está más necesitada.
  • Puede estar en una posición “materna” que no le corresponde, donde la pareja se vuelve tan vulnerable como un niño.
  • Y claro, puede estar lleno de enojo, por semejante “trabajo”.

 

Tampoco nos vayamos al extremo pensando, que ahora el anteriormente descrito es la víctima. Ninguno de los dos, ya que cada uno tiene responsabilidad por lo que es y por sus elecciones. Además también aquel que se involucró en una relación donde amenazaba con ser de esa forma, puede tener una necesidad más escondida complementaria.

 

Esa responsabilidad, se vuelve en parte, difícil de distinguir cuando uno no entiende por qué se siente de esa forma, o en qué momento se involucró en una relación que causa más dolor que satisfacción. Allí entra aquella parte oscura de nosotros mismos, a la cual sólo tenemos acceso cuando tenemos un profundo conocimiento de nuestro “mundo interno”.

 

Hasta que conocemos ese mundo interno, y nos damos cuenta que, fuimos movidos inconscientemente por nosotros mismos a situaciones que no nos gustan… hasta ese momento, podemos tomar cartas en el asunto y decidir: ¿quiero seguir siendo así? ¿Qué busco en una relación así?

 

La verdad es que todos estamos un poco rotos o descosidos en alguna parte, pero eso siempre se puede mejorar.

 

Aquella mejora empieza por mí, pensando en mí; si yo puedo sentirme bien conmigo mismo, las relaciones de pareja podrán ser altamente constructivas y no destructivas, ya que la mejor forma de estar en pareja, es sabiendo estar solos.

 

Lic. Florencia Bevilacqua

lic_florencia@psicologosmonterrey.com.mx

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