Creemos que preocuparnos, mantener control y resistir los cambios previene desastres, lamentablemente es un gran engaño que nos hacemos: todo esto sólo nos enloquecerá poco a poco.
¿Qué controlamos?
Cada quién con su propio mal. Algunos controlamos:
- Dinero,
- Limpieza,
- Nuestra pareja,
- Nuestros amigos,
- Hijos
- Gérmenes
- Nuestras palabras
- Nuestro trabajo
Lamentablemente aquello que pensabas evitar, lo provocas: es lo que llamamos profecía auto cumplida.
¿Qué hacer en estos casos?
Simplemente pedirte que dejes de preocuparte, tener el control y resistirte al cambio es prácticamente imposible; ya que lo has hecho siempre. Además que te has dicho siempre que tu vida sería mucho peor si no hubieras puesto tanta atención. Es fácil terminar acostumbrándonos a estar mal cuando la única otra alternativa que creemos que existe es estar mucho peor.
El poder vivir con la incertidumbre de la vida misma, permitirnos tener un balance entre los riesgos y los cuidados que corremos a la hora de tomar decisiones, poder apostarle a la vida, a proyectos, a experiencias, a la pareja, a nuevas relaciones; es parte de vivir plena y profundamente. Como terapeuta he visto como la psicoterapia es la vía más efectiva para lograrlo.
Las alternativas que la terapia puede ofrecerte son varias; por una parte, acompañarte en la sensación de riesgo constante, ayudarte a detectar y entender lo que sientes y piensas, pero la alternativa más relevante es encontrar y entender cuándo comenzaste a sentir la necesidad de control. Tal vez sea algo que no has querido ver por que te lastimó, te asustó o te enfureció. Pero el descubrirlo primero te permite verte a ti mismo y por otra te abre más opciones, caminos y modos de vivir más libres.
Lic. Cristina Kennington Westmark
Directora y Psicoterapeuta de Psipre S.C.