Artículo de la Lic.  Florencia Bevilacqua donde aborda la psicología de la infidelidad.

La infidelidad

La infidelidad es un tema que es recurrente en los consultorios de los psicólogos; llega la persona que fue víctima de la infidelidad, llega el infiel y llega el tercero en discordia. El elemento en común que tienen es que los tres SUFREN; por diferentes situaciones, bajo condiciones muy específicas que cada uno vive desde su lugar en el triángulo, pero un triángulo siempre causa dolor.

El triángulo siempre causa dolor

El primer triángulo en el que todos necesariamente nos vemos involucrados es en el de nuestra familia de origen: papá, mamá e hijo. Bajo este primer modelo de triángulo, es en el primer lugar donde aprendemos a ser amados, rechazadas, ser hechos a un lado, recibir satisfacciones, recibir desplantes. ¿Por qué? Porque como hijos siempre vivimos un momento en que nuestros padres nos muestran que la pareja comparte su vida, su historia, su sexualidad, su privacidad y así será. Es el primer dolor que sufrimos en un triángulo. De acuerdo a como nuestros padres nos guíen a través de él es como aprenderemos a vivir la frustración del mismo. En un triángulo siempre alguien… sobra.

De lo anterior se desprende el famoso (y tan polémico) complejo de Edipo en donde el niño tiene que atravesar una lucha contra su padre por el amor de la madre, y viceversa con la niña.

Después de aquel dolor vivido con nuestra familia, podemos atravesar muchos otros triángulos que ya no son inherentes a la condición humana pero que sí pueden causar decepciones: con un grupo de amigos, con los hermanos, con los compañeros de trabajo. Aquéllas pueden ser situaciones que despiertan aquel primer modelo de triángulo y de acuerdo a la forma en que fue transmitida esa separación probablemente enfrentaremos las siguientes.

El triángulo de la infidelidad

La infidelidad es definida por la RAE como la falta de fidelidad a algo, que es la cualidad de seguir algo con exactitud y puntualidad. Es una definición que nos deja un poco cortos en conocimiento, ya que sabemos que la infidelidad es algo mucho más que eso hablando en relaciones interpersonales. Pero la dificultad de conceptualizar la infidelidad reside en que cada uno, cada individuo y cada pareja, define lo que es permitido y qué no. Así, la definición se vuelve subjetiva. Habrá parejas para las que infidelidad es bailar con otra persona o tener relaciones en un chat y habrá otras para las que la infidelidad implica solamente sexo.

Dependiendo de cada pareja, es como será entendida; comenzando aquí una de las primeras complicaciones ya que muchas veces damos por hecho que lo que para uno es infidelidad para el otro también. Y vaya que esto no es así.

La fidelidad e infidelidad tendrá que ser definida desde las reglas de cada pareja y las condiciones que cada uno pondrá. Pero ¿por qué sucede que aunque las reglas estén muy claras, aun así se rompen? ¿No sería más fácil simplemente confesar la atracción hacia otra persona?

¿Por qué hay personas infieles?

Es la pregunta del millón, y siempre que se califica a una pregunta con ese nivel de dificultad, significa que la respuesta es: depende de cada caso. Hay muchos elementos que entran en juego: el momento de la pareja, el momento del individuo, su carácter, su temperamento, su historia y lo vivido en su familia de origen, la influencia de cuestiones culturales, etc. Es así como cada cabeza es un mundo y por lo tanto, cada persona es un caso particular, pero trataré de resumir aquí algunos de los puntos que pueden englobar el acto de la infidelidad:

En individual

  • Escisión de la figura de amor con la figura de sexualidad: en nuestra cultura encontramos muchos casos que se divide a la figura tierna, especialmente materna, con la figura erótica sexual. Así, consciente o inconscientemente muchas veces se cae en la idea de que con quien se vive la ternura, no se podrá vivir el deseo y el placer.
  • Búsqueda de la idealización inicial: cuando recién conocemos una persona, normalmente vemos lo mejor de sí, o simplemente depositamos todo lo que necesitamos en él y en ella, con tal de hacer que “encaje” en nuestra idea de amor ideal; algo que es necesario inicialmente, de lo contrario sería muy difícil llegar a compromisos. El problema surge cuando, al decaer la idealización, no puedo manejar la aceptación de ambos aspectos, positivos y negativos, decidiendo así, buscar a otra persona que me despierte tal sentimiento de perfección.
  • El vínculo real con una persona a veces puede ser aterrador: el estar tan cerca de alguien definitivamente me pone en una situación vulnerable, me conoce tal y como soy, incluidos mis peores defectos; puedo querer evitar ese momento de tal vulnerabilidad e ir por la vida escapando de la profundización de relación, por ejemplo, teniendo varias parejas a la vez.
  • Repetición de patrones: en ocasiones aspectos vividos dentro de nuestra familia pueden llevarnos a actuar de ciertas formas iguales o complementarias. Ejemplo: en mi casa aprendí que era normal la infidelidad y yo la llevo a cabo, o por ejemplo: en mi casa mi padre era infiel a mi madre y decido vengarme de aquella situación ahora con mis parejas, algo que puede ser consciente o inconsciente.
  • “Acting out”: todo aquello que no podemos poner en palabras se manifiesta a través de ciertas conductas. Por ejemplo: estoy muy enojado con mi pareja y comienzo a entablar conversaciones con aquella persona que sé que le cae mal.

Pareja:

  • Ciertas crisis de pareja no están siendo identificadas: las parejas pasan a través de crisis normales, las cuales, si no se toman en cuentan o no se trabajan, pueden resultar en una infidelidad. Ejemplo: la llegada de un hijo; baja la sexualidad, la atención cambia, cambian las rutinas y puede darse como una válvula de “escape”.
  • Identificación proyectiva: este es un término utilizado en el psicoanálisis y se refiere a todo aquello que siento o pienso de mí, lo proyecto en el otro y una vez puesto en el de enfrente, yo empiezo a actuar conforme a eso. Ejemplo: Siento mucho enojo con mi pareja, pero me cuesta aceptarlo, en lugar de eso, se lo proyecto diciendo que es él o ella quien siente eso, y empiezo a acusarlo(a) de por qué está tan enojado conmigo. Inicialmente esto puede desorientar a la pareja, pero llega un punto que lo puede asumir. Lo mismo pasa como el deseo de ser infiel.
  • Falta de comunicación: puede llegar a cometerse el acto de la infidelidad como un acto desesperado de llamar la atención del otro. Aquí aparecen una y otra vez los casos en que el infiel deja pistas de la infidelidad.
  • Patrones o características de personalidad complementarias: en muchas ocasiones, encontramos casos en que la pareja se juntó “casualmente” con aquel que le despierta sus mayores temores. Ejemplo: un hombre muy celoso se casa con una mujer muy coqueta. Lo anterior se puede ver en el famoso juego del “gato y el ratón”; están juntos, uno para perseguir y el otro, para ser perseguido (así durante 10, 20, 30 años).

Por lo anterior es que muchos terapeutas, trabajan la infidelidad como un SÍNTOMA de que algo andaba mal en la pareja, inclusive desde antes que se diera. Por esto es que se puede trabajar de dos maneras:

Antes de que la infidelidad se dé

Individualmente:

  • Conocer mi historia: en búsqueda de patrones aprendidos o dolores muy fuertes de rechazos en el triángulo. Por ejemplo: yo soy el/la tercero en discordia y en mi historia siempre tuve que ganarle a mis hermanos para demostrarle a mi mamá que yo era mejor, ya que sentía que ella los prefería a ellos.
  • Identificar mis puntos ciegos: qué tanto puedo ser víctima de una infidelidad, cómo actúo frente a mi pareja, qué tanto puedo ser infiel, cómo me siento cuando conozco a otras personas, qué pienso y siento, qué fantasías tengo.
  • Identificar qué siento frente a la idea de una vinculación o compromiso real: qué me hace sentir el estar con una sola persona, cómo me sentiría de que alguien me conozca totalmente.
  • Trabajar en mis sentimientos de inseguridad: puedo sentir que no valgo y que puedo permitir una infidelidad, o inclusive que no me merezco una pareja amorosa.

En pareja:

  • ¿En qué etapa de la pareja estamos viviendo?: llegada de hijos, pérdida de empleo, depresión de alguno de los dos, el crecimiento de los hijos, el ascenso de trabajo de uno, etc.
  • ¿Cómo está la comunicación?: siempre estar al pendiente con respecto a lo que siento y lo que está sintiendo el otro; analizar la eficacia de la comunicación.
  • Pedir apoyo de un profesional que les pueda explicar en qué aspectos inconscientes están actuando.

Después de la infidelidad

Ya que la infidelidad es un síntoma, como todo síntoma, puede acarrear una enfermedad grave crónica, o puede ser la señal que nos indica dónde hay que curar para después sentirse bien y volver a la “normalidad”. Así es en la pareja; puede causar mucho dolor y destruir como puede ser la base para curar lo dañado.

Puesto a la gravedad de la situación, en este caso recomiendo ampliamente buscar un apoyo, ya que la cantidad de aspectos, emociones, pensamientos, sentimientos que se mueven, son masivos, por lo que normalmente se requerirá la intervención de un profesional.

Lic. Florencia Bevilacqua

lic_florencia@psicologosmonterrey.com.mx

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