Alfredo Jerusalinsky, en su libro “Psicoanálisis del autismo”, nos dice que negar la posible cura del autismo es una resistencia de los clínicos a reconocer que éste se estructura por diversas condiciones y además, así, adoptar la idea de una causa única.
De esta forma nos da a entender que sí se puede trabajar el autismo, pero añade que depende de varios factores:
- Grado y modo de incidencia de los obstáculos vividos en el periodo de identificaciones tempranas (normalmente en la relación madre-hijo desde recién nacido).
- Posibilidades de control o supresión de esa incidencia de obstáculos.
- La capacidad de la familia de persistir largamente en la reconstrucción de las condiciones que permitan producir el reconocimiento recíproco que se ha perdido.
- Las causas deben ser sometidas a la prueba del tratamiento, dado que en su mayor parte son supuestas.
- La edad en la que llega a tratamiento: un proceso terapéutico psicoanalítico comprometido durante los primeros tres años de vida es lo más recomendable, en especial el primero. Las probabilidades van bajando a partir del cuarto año de vida
Además agrega: “Afirmar desde el comienzo la incurabilidad introduce al niño y su familia en la trampa de la profecía autocumplida: nunca puede ocurrir aquello que ni siquiera se ha intentado”.
Lic. Florencia Bevilacqua
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