La distancia puede ser porque han pasado muchos años o porque han sucedido diferentes cambios en nuestro vivir (hijos, viajes, trabajo, problemas económicos) podemos encontrarnos en un momento con nuestra pareja donde nos sentimos muy lejos.
Si acaso:
- Tenemos dificultad para platicar, o ha pasado mucho tiempo en que ya no hablamos de nosotros si no de los hijos o de pendientes, cuentas por pagar, etc. Nos hemos olvidado del “nosotros”.
- Nos hemos perdido de logros de cada uno, suponiendo que “están bien” o que el otro “sabe que estoy con él”.
- El cotidiano parece más el compartir espacio con alguien “que vive ahí” y se ha ido perdiendo el construir algo juntos.
- Dormimos juntos, salimos juntos pero no ESTAMOS juntos.
- Han existido daños o heridas que me han provocado alejarme para protegerme, o yo dañé al otro y desde entonces las cosas han cambiado.
- Tenemos infinidad de “detalles” que reclamarnos.
- La intimidad se ha perdido o es más distante.
- Hace mucho que no nos miramos a los ojos.
Esto puede ser porque ya existe una distancia importante o se está en proceso de alejarse más.
Nunca es tarde para acercarse a reparar o alejarse para no dañar más.
Lic. Valeria Solorio
lic_valeria@psicologosmonterrey.com.mx