Articulo d e la LIc. Mayusa Maldonado abordando los miedos infantiles. Como ayudarles a nuestros hijos con sus miedos

Los miedos de nuestros hijos ¿son normales?

 

Los niños pueden presentar miedo a diferentes cosas en la vida, algunos más intensos que otros. Todos recordamos que alguna vez nos sentimos asustados por algún monstruo, por la oscuridad, etc. Pero, ¿cómo saber si el miedo que mi hijo está sintiendo es normal para su edad o si necesito llevarlo a algún especialista?

El miedo o temor es una emoción que se caracteriza por un sentimiento desagradable, provocado por la percepción de un peligro real o no. Esta sensación de peligro puede ser percibida por una cuestión actual, pasada o del futuro.

La función del miedo o temor, es ayudarnos tanto a los adultos como a los niños a protegernos de aquellas cosas que nos pueden parecer peligrosas, por esto, es que cierto nivel de miedo es necesario y adaptativo.

Pero en el niño, el miedo puede estar relacionado, además, con fantasías que se generan a partir de los conocimientos que va obteniendo y que, al mismo tiempo, va asimilando. Dichas fantasías tienen relación con la inmadurez emocional del niño o niña. Algunas veces la información puede ser tanta que para el niño es difícil de comprenderla, por lo que aparecen las fantasías.

Así es que la mayor la mayor parte de los miedos infantiles son esperados en el desarrollo, ya que pueden considerarse como adaptativos en algunas circunstancias, y de hecho pueden ser necesarios para el desarrollo psicológico. Por ejemplo: el miedo que algunos bebés sienten al separarse de su madre, tiene que ver con que ellos se dan cuenta que son diferentes a su mamá y que ella se puede ir, también está relacionado con que reconocen a su madre y desconocen a un extraño.

Pero, entonces ¿Qué miedos son normales y a qué edades?

  • De los 0 a los 6 meses, aparecen los miedos a la pérdida de apoyo y/o ruidos fuertes como parte de una reacción del cuerpo del bebé a dichas situaciones.
  • De los 7 a los 12 meses, se presenta el miedo a los extraños, como parte de un proceso de individuación.
  • Los dos primeros años, los niños pueden mostrar temor a los estímulos fuertes, como ruidos de aspiradoras y a algunos animales.
  • Desde los 2 hasta los 11 años puede existir el miedo a la oscuridad, el cual se puede considerar como normal y tiene relación con lo desconocido.
    • Por ejemplo: en niños de 3 años es normal que aparezca un temor a las máscaras, ya que todavía no las reconocen como algo que se sobrepone a una cara y les puede ocasionar angustia.
    • Alrededor de los 6 años, puede surgir el temor a los seres sobrenaturales como fantasmas, brujas y/o espantos.
    • A los 9 años, el miedo a los exámenes y a la muerte.
  • En el periodo de la adolescencia puede existir cierta angustia en torno al desempeño social, a lo que piensen los demás y a la sexualidad.

Algunos de estos miedos se pueden llegar a extender por periodos mayores a un año y pueden ser normales.

Acordémonos que tanto los miedos como sus causas, van cambiando con la edad; debido a las experiencias de nuestros hijos, a sus descubrimientos, a su entorno, así como a su desarrollo psicológico. Sin embargo, es importante observarlos y poner atención a estos miedos, a su frecuencia y duración.

Recomendaciones

 Es bien importante que no ridiculicemos los miedos o temores de nuestros hijos. No debemos ignorarlos, incluso cuando sean propios de la edad. Tampoco debemos sobreproteger a nuestro hijo cuando aparezca el miedo, pues podría llevarlo a pensar que existe un peligro real respecto a lo que él siente.

Siempre, es importante mantener una buena comunicación con nuestros hijos, enseñarles el valor real que su miedo pueda tener y ayudarlos a disminuir su ansiedad cuando haya alguna situación que pueda producirlo. Por ejemplo:

Decirle y/o enseñarle que no hay monstruos bajo la cama, antes de ir a dormir.

Si observamos que alguno de estos temores en nuestros hijos llega a interferir con la rutina diaria, con el funcionamiento normal en la familia o en la escuela, o vemos que son desmedidos, debemos considerar buscar la ayuda de algún especialista.

Recordemos que ayudándolos a saber distinguir los peligros reales que existen también los protegemos.

 

Lic. Mayusa Maldonado / lic_mayusa@psicologosmonterrey.com.mx

 

 

Mayusa Maldonado

Mayusa Maldonado

Entradas Relacionadas