La adolescencia y las redes sociales: tres preguntas básicas
En la actualidad la mayoría de nosotros estamos involucrados de manera directa e indirecta en el uso de las redes sociales: en nuestro trabajo, escuela, casa, etc. Sin embargo, como todo en la vida, su uso excesivo puede crear repercusiones en algún ámbito; lo se puede dar mayormente en la adolescencia, periodo que se vive entre los 10 y 12 años hasta los 19 o 20 aproximadamente, pero ¿por qué se da de esta manera? ¿En qué puede afectar o beneficiar? y ¿Qué puedes hacer como padre o madre ante esta situación? A continuación las respuestas.
¿Por qué mi hijo invierte tanto tiempo en las redes sociales?
En la adolescencia predomina mayormente el interés por pertenecer a grupos sociales, a través de la convivencia de persona a persona, o bien, por medios electrónicos; de esta forma el adolescente puede hacer la transición de pertenecer a su hogar a pertenecer a la sociedad con los grupos de amigos, escuela y actividades. Cuando se le reconoce, valora e integra a estos grupos, de forma inconsciente puede sentir tranquilidad y seguridad, ya que es una sensación que le recuerda al sentido de pertenencia que vivió durante la infancia dentro de su familia. La diferencia con las redes sociales es que pueden acceder a ellas desde cualquier lugar y dispositivo, modificando o aprovechando el uso de fotografías, comentarios y/o descripciones que los hagan ver justo como ellos desean ser vistos (atractivos, misteriosos, alegres, rebeldes, etc.) aspecto que no siempre puede controlarse en el contacto real. En algunos casos, puede usarse de forma excesiva (esto se especifica más adelante), esto puede deberse a una necesidad interna de sentir que pertenece a algún grupo social en donde existe aprobación y/o reforzamiento de su identidad y autoestima frente a los demás; podríamos decir que entre más se tenga una necesidad interna de sentir que uno pertenece a algún lugar o grupo, mayormente se buscará pertenecer por este u otros medios sociales, sin embargo para definirlo es necesario evaluar la situación.
¿En qué ayuda o afecta esto?
Como aspectos positivos: Pueden interactuar con distintos compañeros al mismo tiempo y desde la comodidad y/o seguridad del hogar. Pueden continuar en contacto con amigos o compañeros que en la vida diaria sería complicado ver (por distancia o por tiempos). Puede ser usado como medio de expresión al compartir estados, proyectos, actividades, entre otros. Pueden encontrar aceptación y pertenencia a través de este medio, lo cual favorece su seguridad personal y social.
Como aspectos negativos: Precisamente como se juega el sentido de pertenencia, los jóvenes pueden estar dispuestos a ganarse esta aceptación a través de fotos, videos, comentarios y pláticas en el chat que los lleven a ser reconocidos, valorados o respetados a costa de un sinfín de acciones o actitudes que frente a otras personas o circunstancias tal vez no harían. Por su fácil acceso y comodidad puede ser más atractivo relacionarse por estos medios en comparación a la convivencia real, ya que por medios electrónicos pueden modificar como son vistos (fotos con su mejor perfil, expresión de pensamientos o sentimientos acorde a la imagen que quieren mostrar, etc.). Debido a que la información se puede manipular sin que lo notemos fácilmente, como riesgo, están expuestos a conocer a casi cualquier persona si no se tiene un filtro en aceptar con quién se habla y, de igual manera, si se exponen los datos de identificación personales que le permitan a los demás conocer su nombre, fecha de nacimiento, ubicación, familia, posesiones, viajes, rutina, entre otros, puede volverse blanco fácil de la delincuencia.
¿Yo como padre/madre qué puedo hacer?
– Es importante comprender que la interacción con chicos de su edad es una parte crucial en esta etapa de su desarrollo, sin embargo, es bueno marcar pautas para no exceder su uso, pueden establecer acuerdos a través de la negociación sobre los horarios límite (por ejemplo, hasta cierta hora, o después de realizar las tareas escolares, etc.).
– Una manera de identificar si el uso de dichas redes sociales está siendo excesivo, es ver si este uso afecta en su rutina diaria, en el cumplimiento de sus deberes o si lo limita a realizar más actividades, teniendo dificultad en el autocontrol, es decir, tener dificultad para que ellos mismos puedan dejarlos de usar sin la presión o indicación de los padres.
– Advertirles de manera clara los riesgos que pueden llegar a tener (bullying a través de las redes sociales, acoso por parte de algún desconocido, presión por parte de algún compañero para realizar actos que lo expongan) ayuda a prevenir estas problemáticas y a tratarlas en caso de que se presenten.
– Hablar con nuestros hijos al respecto, conocer estas redes sociales y ofrecer nuestro apoyo y confianza para hablar sobre cualquier situación que lo pueda afectar; esto ayuda en el canal de comunicación de padres e hijos para que, de ser el caso, ellos puedan pedir nuestra ayuda si detectan algo que sea incomodo u amenazante.
– En caso de identificar alguna problemática relacionada con el uso de estos medios, es importante acudir con un terapeuta que les permita evaluar la situación, definiendo las causas y consecuencias, elaborando un plan de tratamiento así como recomendaciones para los padres.
Lic. Ana Banda
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