A Propósito de Ser Madre…

A propósito de ser madre…

El día de la madre es una festividad muy conocida y muy celebrada en distintos países. Pero, ¿qué hay detrás de estas madres y de estos hijos que las celebran?

La forma en la que cada madre cría y educa a su(s) hijo(s) es distinta, ya que intervienen: temperamento, carácter, personalidad, experiencias y expectativas de vida, forma en la que fueron educadas, así como la cultura e influencia social; sin contar la etapa de su vida en la que sean madres y la etapa de desarrollo por la que atraviese cada hijo, así como los mismos elementos antes mencionados en cada uno. Por lo tanto, el resultado de dicha crianza será diferente en cada hijo, y la perspectiva con la que veamos y recordemos a nuestra madre, también lo será.

La relación que llevemos con ella influirá mucho en nuestra forma de relacionarnos con los demás, y con esto no excluimos el papel del padre, si no que en este artículo nos enfocaremos en la madre. A través de ella aprendemos:

• Lenguaje: qué y cómo hablar.
• Hábitos: comer, ir al baño, tener una buena higiene.
• Reglas morales y sociales: lo que se debe o no hacer.
• Transmisión de ideas: los ideales, las metas, los errores, etc.
• Tradiciones: festividades, formas de celebrar.
• Forma de abordar conflictos: si ella te los resuelve en las diferentes etapas de tu vida, o si te enseña a resolverlos o si te hace sentir culpable por ellos sin posibilidad de repararlos.
• Y los significados: qué significa ser hijo (mayor, mediano, menor, hijo hombre, hija mujer, etc.) y qué significa ser madre (comprender siempre y apoyar, o por el contrario enojarse constantemente cuando algo no salga como lo esperaba; renunciar a sus metas por la crianza de los hijos, o por el contrario enfocarse primero en las metas personales y posteriormente a las familiares, etc.), qué significa ser hombre y qué significa ser mujer.
• Nos enseña a interpretar emociones propias y de los demás.
• Nos enseña sobre el autocontrol: si ella nos contiene y tolera que nos descarguemos con ella o nos enseña a manejar nuestro enojo.
• Sobre el autocuidado: si nos enseña a protegernos a nosotros mismos, o no da importancia si no lo hacemos.
• Cómo conseguir metas y objetivos: si cede después de un berrinche el mensaje será que a través de tu tristeza y llanto los demás te darán lo que solicitas, o si te enseña a hablar y hacer méritos por conseguir un permiso el mensaje será distinto.

En fin, esto y más nos enseña una madre, a partir de lo que ella nos transmita en palabras y en actos.

Con esto no hacemos alusión a un juicio crítico de lo “correcto” y lo “incorrecto”, más bien, invitamos a cada hijo a pensar en la relación que lleva y ha llevado con su madre, en lo que les agrada y no les agrada, en lo que les ha lastimado y que cuesta trabajo entender; si hay cosas por hablar, si hay culpas que te apartan o te hacen sobrecompensar tu atención y apoyo hacia ella. Y a quienes tienen la dicha de ser madre las invitamos a pensar en la relación que llevan con su(s) hijo(s), la forma en la que los educan y corrigen, qué les enseñan sobre la vida, cómo les enseñan a enfrentar los problemas, sobre el amor, el odio y las emociones en general; si para sentirse escuchadas necesitan imponerse o si pueden trasmitir sus ideas a través de palabras, si se sienten valoradas o no.

Hay que recordar que lo que no se dice, se actúa, y si hay situaciones que nos lastiman o que aún siguen pendientes por resolver podemos darnos la oportunidad de hablarlo, o de tomar acciones que nos permitan llevar una mejor relación.

Lic. Ana Banda

lic_ana@psicologosmonterrey.com.mx