En una primera sesión con el psicólogo, este necesita hacer una valoración psicológica, la cual es una forma de hacer una radiografía hacia nuestro estado emocional. Es una labor básica para poder comprender mucho mejor la problemática y poder llegar a una propuesta de intervención.
Es abrir la lente del microscopio para observar de manera global toda la red social y la realidad de la persona, para de esta manera poder hacer un rastreo hacia el origen y el posible porque del malestar.
Ningún psicólogo, nunca tiene el afán de etiquetar, juzgar o culpabilizar y como profesionales de la salud y bienestar emocional, en especial los que trabajamos desde el enfoque psicoanalítico creemos que todos tenemos conflictos y que estos conflictos son constitutivos del ser humano. En este sentido al inicio del proceso terapéutico es necesario comprender todas las piezas del puzle para identificar aquellas que parece que no encajan y nos producen sufrimiento.
Sin duda toda labor terapéutica causa dolor, pero al igual que cuando acudimos al dentista a retirar una muela dolorida, asumimos que nos tendremos que enfrentar a un proceso quirúrgico que seguramente causara incomodidad, malestar e incluso dolor. Pero sabemos que una vez soportado este proceso la muela será retirada y el dolor desaparecerá.
Por lo tanto, es completamente normal que durante este proceso se despierte cierta angustia, dudas, miedo o culpa que hagan que aparezcan resistencias que de forma inconsciente nos hagan creer que no necesitamos el apoyo y orientación de un profesional, puede que te parezca demasiado difícil de llevar, haciendo que surjan ciertos “obstáculos” que parecen objetivos pero que en el fondo tienen un origen de resistencia hacia la tarea terapéutica.
Algunos de estos obstáculos pueden ser: “No tengo tiempo”, “no puedo asumirlo económicamente”, “me queda muy lejos”, “intentaré hacerlo por mí mismo”, “si en el fondo se lo tengo que hacer” ,“lo que necesito son unas vacaciones” infinitas excusas que parecen válidas y con suficiente peso para que la persona se las crea.
Sin duda todo es parte del proceso y es importante analizar estas actitudes ya que pueden darnos las pistas de porque podemos resistirnos al cambio. Toma en cuenta que todo lo que ocurre dentro de una sesión con el psicólogo ya es terapéutico, incluso desde hecho de asistir a la cita.
Nosotros los psicólogos valoramos profundamente que una persona tome la decisión de solicitar ayuda para reconducir su situación emocional, sabemos que no es una tarea sencilla ya que implica experimentar todo lo antes mencionado y se requiere una gran valentía para aceptar que hay momentos en la vida en los que solos no podemos afrontar las vicisitudes de nuestras realidades.
Tomar la decisión y hacerlo es un gran paso, el más importante para que se establezca la posibilidad de entender que me está pasando, de encontrar la respuesta a ese cumulo de dudas e inquietudes con la que llegan las personas a esa primera entrevista de sesión con el psicólogo.
El siguiente paso es colaborar al máximo para poder comprender mejor la historia y el mundo interior de la persona.
Tu psicólogo se une a ti en el deseo de conseguir esta mejora, y requiere de un trabajo en equipo para que este proceso cumpla su objetivo: el de mejorar, equilibrar y favorecer a tu salud emocional.
Mayra Palacios. Psicóloga Consultora Psicoanalítica
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