¿ES NORMAL EXTRAÑAR A MI EX DESPUÉS DE 6 MESES?
Quisiera que me ayudarán frente a lo que me pasa, termine hace 6 meses con mi ex y aún los recuerdos me invaden, por más que sé lo patán que fue conmigo, quisiera volverlo a buscar, pero no lo hago para no humillarme, ¿qué debo hacer? ¿Es normal todavía sentir eso por mi ex?
Espero sus respuestas, mil gracias.
RESPUESTA
Buen día T.
Primeramente agradezco tu confianza al compartirnos tu situación.
Cuando una relación termina, inevitablemente habrá una reacción ante lo que se vivió y la forma en la que terminó, y ante esto es difícil controlar nuestras emociones cuando reaccionan a esta situación.
Ante una pérdida (de una relación, de un ser querido, de un empleo, etc.) reaccionamos con un duelo, que es el proceso de adaptación emocional que nos permite asimilar lo sucedido. Y durante este se han manejado diferentes teorías sobre la forma en la que reaccionamos y cómo abordarlo. Te comparto la más conocida, la que creó Elisabeth Kübler Ross para que puedas reflejarte en ella e identificar cómo has vivido tu proceso y si sientes que llevas más tiempo viviendo alguna fase:
- Fase de Negación. Como el impacto de la noticia es fuerte el negarlo se vuelve una defensa temporal, y se acompaña de frases como «Estoy bien» «Esto no puede estarme pasando» «Volveremos pronto como si nada hubiese sucedido».
- Fase de enfado. Después de haber atravesado por la fase de negación de forma temporal y una vez que se asimila el impacto de la situación la reacción puede ser de enojo por lo sucedido, en especial si hay algo que represente vida o alegría alrededor, proyectando en estas situaciones o personas alegres el enojo que se siente. Se puede acompañar de frases como: «¿Por qué a mí? ¡No es justo!», «¿cómo me puede estar pasando esto a mí?».
- Fase de Negociación. En esta siguiente etapa uno intenta negociar consigo mismo o con el entorno, entendiendo los pros y contras de la pérdida, se puede acompañar con frases como: «Haré cualquier cosa por dejar de sentirme así», «Prometo que no me vuelve a pasar».
- Fase de Dolor Emocional. Se experimenta tristeza y dolor por la pérdida y puede llegar a experimentarse constantes sentimientos de vacío o desmotivación, se acompaña de frases como: «Para que seguir si él o ella ya no está».
- Fase de Aceptación. Se asume la pérdida, pero jamás se olvida, algunas frases que pueden surgir en esta etapa son: «Fue una relación en la que hubo pérdidas y ganancias, pero estoy mejor ahora», «Que bueno que nos conocimos, lástima que no pudo ser, pero me encuentro mejor sin él».
*No siempre se cumplen todas las etapas, ni necesariamente ocurren en el orden señalado.
Dentro de esta teoría manejan que el tiempo aproximado para vivir este duelo es entre 3 a 6 meses. Sin embargo cada uno tiene su propio ritmo de vida, por lo tanto puede haber quienes elaboren su duelo durante un año aproximadamente, y quienes lo hagan en un par de meses. Cuando se extiende a más de un año o tu estado de ánimo se vuelve más aplanado, sin motivación o por el contrario, muestras enojo con facilidad y te sientes irritable o muy susceptible, pueden ser signos de que algo no te permite terminar de asimilar y procesar tu duelo; esta situación es necesaria tratarla con un profesional de la psicología.
Lo más importante es saber cómo te encuentras tú en este momento, y si sientes que te ha sido difícil salir adelante de esta situación podrías darte la oportunidad de recibir orientación o apoyo a través de una psicoterapia en donde puedas encontrar la razón por la que te sientes así en este momento, trabajándola acompañada de un profesional, para que poco a poco puedas salir adelante de esta situación, sin necesidad de sufrirlo día con día.
Espero que mi respuesta haya sido de ayuda. Quedo contigo para cualquier duda y/o aclaración:
Lic. Ana Beatriz Banda
Psicoterapeuta de Psipre S.C.
Lic_ana@psicologosmonterrey.com.mx
![Pinocho de Guillermo del Toro: Des-obediencia e Im-perfección Foto de Netflix - © 2022 Netflix, Inc. Imagen recuperada del portal de IMDB. La desobediencia, obediencia, perfección e imperfección giran alrededor de esta historia contada por Guillermo del Toro, una versión del clásico cuento infantil de la marioneta con vida creada por Geppetto, un zapatero que vive en un pueblo italiano en medio de la guerra fascista. Esta marioneta llamada Pinocho cobra vida con las palabras de un guardián mágico, que aparece como El Genio de Aladdin para concederle un deseo a Geppeto; la compañía y el amor de un hijo. Geppeto ha perdido a su nieto, Carlo, en un trágico accidente en medio de un bombardeo. En el fondo quiere que Pinocho sea como Carlo, un niño cariñoso, curioso y obediente, perfecto; así como él era un padre igual de perfecto en el pasado, que cantaba por las noches, jugaba y era querido por su comunidad. Esto cambia cuando Carlo muere, Geppeto deja de trabajar, comienza a beber y alejarse de los otros, ahora pasa a ser otro borracho del pueblo, abatido por el dolor de la pérdida, señalado como un loco perverso (exageradamente) por haber creado a Pinocho. Pinocho es un ser curioso que vorazmente quiere entender el mundo, se tropieza y camina alegre, cantando, jugando y divirtiéndose. De su nariz crecen ramas que se hacen más grandes cada vez que dice una mentira, los demás le ordenan que obedezca aunque apenas está aprendiendo qué es obedecer y qué es una mentira. ¿Por qué desear que Pinocho nazca obedeciendo? Para que así sea perfecto, porque los niños obedecen a los adultos, y éstos a su vez obedecen con mayor naturalidad, a lo que yo agregaría: porque están más inmersos en la cultura, lo que los detiene de hacer cosas que no están bien vistas por los demás. En mi consulta, y seguramente en la de muchos colegas que reciben pacientes infantiles, he escuchado a padres que no logran que sus hijos los obedezcan, hacen más caso a otras personas que los rodean, o solo a uno de ellos. Ante el desplegamiento de estos escenarios pregunto por qué piensan que esto es así, a lo que responden que quizás sea porque no pasan mucho tiempo con ellos por su trabajo, que el otro los consiente en todo y respetan más al que cumple todos sus deseos; todas estas respuestas responden fácilmente a esta pregunta, aunque hay algo más, aquello que corresponde al deseo de ser padres y la autoridad que éstos se dan a sí mismos para ejercer las funciones de la paternidad. Algunos con timidez confiesan que temen frustrarlos para evitar ser juzgados por otros padres, que les cuesta poner límites porque quieren ver a sus hijos cien por cierto felices. Sin embargo no hay que perder de vista que como cuidadores su responsabilidad es tomar decisiones por ellos, recordando que no se van a traumatizar porque no consiguen lo que quieren, ellos necesitan aprender a tolerar la frustración porque afuera no habrá alguien que los complazca completamente. Joseph Knobel Freud en su Libro: Los retos de ser padres, nos recuerda que los límites evitan que los niños terminen perdidos en el país del nunca jamás, como Peter Pan, sin nadie que los mire y sostenga. Por otro lado, un peculiar escritor intelectual busca escribir en papel sus memorias de vida, y termina narrando la vida de Pinocho. Somos testigos de sus tropiezos, sus intentos fallidos de que otros lo escuchen, de ser como un guía espiritual para los demás, con la intención de que tomen buenas decisiones; está ahí para recalcar la desobediencia, pero no solo eso. Este famoso personaje del que hablo es, como seguro ya adivinaron, el sabio Sebastian Cricket, o conocido por muchos como Pepe Grillo. En un video para Netflix destaca un aspecto muy valioso de la madera con la que es diseñada Pinocho. Es una madera que no es perfecta, y la vida tampoco lo es; uno puede meter un poco la pata, o varias patas, pero damos lo mejor de nosotros mismos y eso es lo mejor que podemos hacer. Esta marioneta con vidas de gato, Pinocho, se pregunta cosas muy interesantes, entre ellas: ¿por qué la guerra? La guerra es dolor, separación, rutina, muerte. Las escenas de los niños ejercitándose para la guerra, o más bien esclavisándose, en la época fascista, rodeados de bombas que acabaran con sus vidas; fueron impresionantes para mí, y me hacen pensar en las palabras dichas por Guillermo del Toro en una entrevista: “La animación puede contar cualquier historia, lo raro, lo siniestro, lo terrible”. En momentos la furia y el enojo se muestran como algo casi malévolo, Geppeto en una escena corta la madera enfurecido y Volpe, el vicioso malvado que maltrata a Pinocho y Spazzatura, quiere quemarlo vivo. Recordando que esta historia sucede en la época fascista, se nos muestra una competencia entre dos equipos rivales con Pinocho y Candlewick (hijo del Podestà, que cuida el bienestar moral del pueblo) como líderes, quienes se esfuerzan por ser amados por sus padres. El “juego” termina con un abrazo tierno entre dos amigos que declaran un empate, no quieren hacerse daño, a la que podríamos darle la lectura de la renuncia de Candlewick a los deseos de su padre (quien piensa que es un cobarde) desde la desobediencia, negándose a matar a Pinocho, diciendo: ”Toda mi vida traté de complacerte, pero nunca lo haré. Tenías razón, soy delgado, débil, frágil como la mecha de una vela [wick of a candle, como su nombre], siempre con miedo. Pero con todo el miedo que tengo, ahora voy a decirte que no. No me da miedo decirte que no”. El mensaje está ahí: No hay uno mejor que el otro, para los dos hay lugar, ambos pueden ganar. Los sentimientos entre los hombres ejercen un efecto contrario a la guerra; la amistad y la unión son el enemigo de la destrucción total, en palabras del padre del Psicoanálisis (Sigmund Freud). Al final de la película Pinocho salva a Geppetto, el grillo y Spazzatura de morir ahogados, perdiendo un brazo y su propia vida, aunque el noble grillo (como lo llama la guardiana) pide como deseo que vuelva. Geppetto confiesa mientras sostiene en brazos a Pinocho que trataba de convertirlo en alguien que no es, le pide que no sea Carlo, que sea justo como es él, que así lo ama; a lo que él responde: “Entonces seré Pinocho”. No tenemos que cambiar para ser amados, algunos nos amarán y aceptarán tal como somos, imperfectos. La gran salvación que tenemos es abrazar nuestras imperfecciones, esa es la tierna lectura que le da Guillermo del Toro. La rigidez y la perfección llevan a un solo destino: la destrucción, el fascismo. Las salvaciones van más allá del sacrificio amoroso. Pinocho salva al Grillo (de sus vanidades), a Geppeto (de su duelo) y Spazzatura (de su amo), pero no haciéndolo él, si no permitiendo con su ejemplo que ellos mismos se liberen. Esto es un verdadero héroe en una historia, en palabras de Héctor Mendoza Cuevas, cinéfilo mexicano. Por último, responderé a la tan repetitiva pregunta de si esta es o no es una película para niños con palabras del propio Guillermo: "No es una película para niños, pero los niños la pueden ver siempre y cuando tengan padres que hablen con ellos". Referencias bibliográficas: Freud, Sigmund, Obras Completas, Ed. Amorrortu, Argentina, 1991, 24 T. ¿Por qué la Guerra?, (1933 [1932]), T. XXII. Psipre. (14 de diciembre de 2022). Pinocho: Padres e hijos imperfectos. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=3EOUTh6KKX8&t=2874s Sopitas. (8 de diciembre de 2022). Entrevista con Guillermo del Toro l Su versión sobre Pinocchio, una de las mejores películas del año. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=tK34eayf04w Fuera de foco. (8 de diciembre de 2022). GUILLERMO DEL TORO: ¿Qué se puede hacer por la ANIMACIÓN en MÉXICO I ENTREVISTA /. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=I_2Ff57Ikc4 Knobel Freud, J. (2019). El reto de ser padres. Paidós.](https://psicologosmonterrey.com.mx/wp-content/uploads/2024/10/IMG-20241009-WA0011.jpg)






