De que habla el silencio de la sirenita

Encierros subjetivos y reales. Historias demasiado humanas.

Encierros subjetivos y reales. Historias demasiado humanas.

¿De qué habla el silencio de La Sirenita?  

 

Todos conocemos la historia popularizada por Disney de La Sirenita, sin embargo, la novela escrita por Hans Christian Andersen, trata de manera más profunda, diferentes aspectos sobre el amor. 

En esta reflexión exploraremos particularmente lo que representa el “perder la voz” de la sirenita. 

“- Pero tienes que pagarme -prosiguió la bruja-, y el precio que te pido no es

poco. Posees la más hermosa voz de cuantas hay en el fondo del mar, y con

ella piensas hechizarle. Pues bien, vas a darme tu voz. 

– Pero si me quitas la voz, ¿qué me queda? -preguntó la sirena.

– Tu bella figura -respondió la bruja-, tu paso cimbreante y tus expresivos

ojos. Con todo esto puedes turbar el corazón de un hombre. Bien, ¿has perdido

ya el valor? Saca la lengua y la cortaré, en pago del milagroso brebaje.

– ¡Sea, pues! -dijo la sirena; y la bruja dispuso su caldero para preparar el

filtro.”

 

De esta manera, la sirenita selló el pacto que la llevaría a vivir su trágica y bella historia de amor. Sabemos, por el cuento, que el perder la voz tiene un doble significado, por un lado, la sirenita no puede hablar para conquistar al príncipe y por el otro, debe “sufrir en silencio” porque el hecho de convertirse en humana, le representa una experiencia dolorosa, como se explica en el cuento: 

 

“Cuantos te vean dirán que eres la

criatura humana más hermosa que han contemplado. Conservarás tu modo de

andar oscilante; ninguna bailarina será capaz de balancearse como tú, pero a

cada paso que des te parecerá que pisas un afilado cuchillo y que te estás

desangrando. Si estás dispuesta a pasar por todo esto, te ayudaré.”

 

Siguiendo esta línea, tal vez alguno pueda sentirse identificado con una situación u otra; el no sentirse capaz de expresar lo que uno quiere y el sentir que se tienen que callar las vivencias dolorosas, pero ¿qué implica el guardar silencio? ¿Es posible callar completamente? La experiencia y el psicoanálisis, nos dicen que no. Aquello que se calla, se actúa o se lleva en el cuerpo. De esta manera nuestros silencios revelan algo que nos es propio y que viene acompañado de una historia. 

Sin embargo, es lo que uno hace con esos silencios, lo que definirá el transcurso de aquellas historias que se callan; en este sentido es importante reconocer qué guardan nuestros silencios y de qué manera nos encierran, impidiéndonos ser hablados y escuchados desde otro lugar. 

No todos los encierros son físicos. Y precisamente estos de los que hablamos hoy, los cautiverios afectivos, emocionales, mentales y subjetivos, resultan ser los que más limitan e impactan en la relación con el otro. Siendo así, en ocasiones resulta complicado identificar qué se calla y cuál es el sentido de este silencio, y como remedio, existe la palabra.

Todo aquello que se nombra y se pone en palabras, posibilita que se abran vías a aquello que nos encierra, de lo cual no damos cuenta, pero que ayuda a construir una salida del encierro del cual, sin saber, nos tenemos.  

 

Lic. Samantha M. Aguilar Pérez
Psicóloga y co-coordinadora del departamento de género
samanthaaguilar@psicologosmonterrey.com.mx

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