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El Miedo al Hoy, el coronavirus.

El Miedo al Hoy

 

El miedo ante lo desconocido ha sido un tema recurrente por la situación en la que hoy en día nos encontramos, enfrentados ante una pandemia. Se trata de una enfermedad infecciosa que se propaga por el mundo donde la mayoría de las personas no tienen inmunidad contra él.

 

Esta desorientación e incertidumbre toca hacia la omnipotencia del ser humano y nos hace darnos cuenta (de nuevo), de la fragilidad de la condición humana. 

Se siente un miedo al estar ante la abrumadora sensación de lo inesperado y de el no saber,  aunado al miedo del aislamiento voluntario. Debido a ello, emerge una necesidad de ser cuidado como cuando niños, como cuando nos sentíamos tan vulnerables que requeríamos  sentirnos protegidos por nuestros cuidadores. Esto, de alguna forma, se nos será negado en la adultez y paternidad, pues es tiempo de llevar a cabo las herramientas psíquicas para poder emplear el auto cuidado.

 

Claro que debemos comenzar con cambios y el aislamiento social es por protección, lo que nos hace pensar en cuidarnos, aun así podemos ser confrontados con la oportunidad de redescubrir 3 fuentes de fuerza personal: 

 

  • Responsabilidad personal. El ser capaz de poder cuidar de uno mismo y de quien depende o es cercano. Es un gran antídoto contra el miedo  pues puede sentirse que se está haciendo algo.
  • Ser Conscientes. Capacidad de darse cuenta de cuánta gente siempre está a nuestro alrededor, en la parada del camión, en el tránsito, en el trabajo, etc.; y que debido a lo preventivo del aislamiento notamos la falta del Otro. Esto  puede hacernos sentir deprivados de ser parte de una comunidad o pertenecer.
  • La posibilidad de trabajar los miedos que emergen de esta situación debido a la repentina sensación de fragilidad.

 

Posiblemente al ser algo intangible, que no tiene forma, que no se sabe quien o quienes lo portan, provoque una sobre reacción en la población (compras ante el pánico, histeria, ataques de ansiedad, depresión, etc.) debido a la intensificación del miedo y fantasías inconscientes.

 

¿Recuerdas cuando le temías a la oscuridad?, ¿Recuerdas qué cara tenía el monstruo debajo de tu cama o en el closet?  Son esos miedos que de niños nos atemorizaban más los que se re experimentan y al no tener “una cara” con la cual identificar al “enemigo”, cada uno le pone la peor máscara que su fantasía sea capaz de crear.  

 

El miedo tiene que ver con fantasías que están con nosotros todo el tiempo, tienen sus orígenes en la infancia, y a veces surgen en momentos creativos, sentimientos, emociones o ideas que deambulan constantemente en nuestra mente y  que son inconscientes. 

Es ahí de donde viene “la histeria” ante está situación, porque nos confronta con miedos mayores asociados a la muerte, la pérdida, la falta de contacto social, y con la soledad. 

 

“La capacidad del individuo para estar solo, es un signo importante de la madurez en el desarrollo emocional” (Winnicott).

El silencio nos remite a la soledad, y el miedo al silencio, a la nada.

  • Hay quienes llegan a ser capaces de disfrutar la soledad e incluso valorarla como una posesión. 
  • Hay quienes la disfrutan tanto que la vuelven su lugar seguro, su zona de confort, pero actúa como defensa ante la dificultad de establecer un vínculo afectivo y cercano con Otro.
  • Hay quien siempre está acompañado, pero sin profundizar en esos vínculos. ¡Toda una paradoja!

 

Hay una falta de información en donde los espacios en blanco se llenan con esas fantasias catastroficas, por ello es tan importante estar consciente de nuestros miedos y conocerlos, de modo que no los pongamos en la realidad (externalizarlos), pues solo aumentan la angustia y el pánico por el disturbio que el afuera impacta en nuestro inconsciente.

 

El estar conectados por vías electrónicas no nos hace estar verdaderamente aislado. Hay que tener restricción con los medios de comunicación pues están hechos para entretener principalmente. Se debe racionar y tener espacios o tiempos creativos donde nos podamos  reconectar con nuestro propio cuerpo y mente.

Por tanto, es importante mantener la calma y mantenerse informado de fuentes fidedignas, así como llevar a cabo rutinas diarias tratando de “normalizar” lo más posible el día a día. Mantenerse ocupado ayudando a sentirse productivo durante este tiempo en cuarentena es otra forma de bajar la angustia. Si considerás que requieres de mayor apoyo acércate a un especialista de la salud mental quien pudiera acompañarte en la elaboración de estos miedos y contención de angustias. 

 

El saber cual es la verdadera cara del miedo (muerte, soledad, vínculos, paranoia, ansiedad por incertidumbre, depresión) que nos estremece y que esta situación nos evoca, hace la gran diferencia.

Psic. Fernanda Cárdenas

Atención a niños, adolescentes y adultos.

fernandacardenas@psicologosmonterrey.com.mx

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Cristina Kennington

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