El impacto del divorcio en los hijos
El divorcio se presenta cada vez más frecuente en nuestra sociedad, y para nuestros hijos implica un gran cambio en la forma en que la familia se organiza.
Para muchos papás, este proceso, además de ser doloroso, los enfrenta con dudas respecto a cómo se debe manejar el tema del divorcio con los niños.
El divorcio es una decisión de los adultos, en el que una pareja disuelve sus lazos conyugales (no parentales). Asimismo, es una crisis por la que atraviesan no sólo la pareja sino también los hijos que la viven desde su propia perspectiva. Durante esta crisis, la pareja debe superar el dolor y la pérdida del matrimonio y, además, establecer los derechos y obligaciones hacia sus hijos.
Desafortunadamente, muchas veces ésta crisis puede extenderse varios años ya que los padres no concluyen lo que podríamos llamar el “divorcio emocional”, es decir, siguen “atados” de forma psicológica.
En muchas ocasiones los hijos se encuentran en medio del conflicto de los padres y cumplen diferentes funciones, entre las cuales se encuentran:
- El protector: cuida la seguridad física y/o emocional de uno de los padres, protegiéndolo de la violencia del otro.
 - El espía: en donde se utiliza al hijo para que les revele lo que el padre o madre hace o deja de hacer.
 - El rehén: en donde lo usa alguno de los padres como medio de negociación con el otro cónyuge.
 
Por lo anterior, es importantísimo reflexionar sobre el papel que se les pudiera otorgar a los hijos en un proceso de divorcio, ya que, cada vez que los padres colocan a los hijos en medio de sus peleas y conflictos, exponiéndolos a escuchar las descalificaciones entre ellos, observando cuando se atacan entre ellos ya sea de forma física o no, los están maltratando.
Algunos sentimientos que se pueden presentar en los niños durante la separación o divorcio son:
- Fantasías de abandono debido a la pérdida de la convivencia con alguno de ellos y derivar en sentimientos de inseguridad e inestabilidad.
 - Miedos: debido a que los hijos se dan cuenta que hubo una ruptura en la protección que sentían tanto del padre y la madre, y sienten que ya no será lo mismo.
 - Culpa por la separación: de pronto estos padres pueden ser personas violentas, explosivas e incluso impacientes con él, lo que puede ser interpretado como el niño como “malo” o como el “culpable” de lo sucedido.
 - Fobias, depresiones y trastornos graves del comportamiento de los hijos pueden ser también reacciones al abandono de alguno o de ambos padres. La figura del padre que desaparece, hace difícil la vida del niño, ya que asimilar el abandono de uno de los padres es un duelo difícil de superar para el hijo.
 
Sabemos que los padres pueden vivir el divorcio como un fracaso personal, como una ruptura difícil y que pueden sentir tristeza, enojo y dolor por la pérdida del matrimonio y de la ilusión que en algún momento éste les generó, pero es importante voltear a ver a los hijos.
Es esencial manejar el tema del divorcio con los hijos de manera adecuada, a fin de que no genere consecuencias negativas en ellos.
Algunas de nuestras recomendaciones son:
- Platicar con ellos sobre lo que está ocurriendo, permitiéndoles que expresen sus opiniones, miedos y angustias.
 - Hacerles saber que los siguen queriendo como antes de que comenzaran los conflictos.
 
- Ayudarles a que no se sientan culpables, o que crean que son la causa del divorcio o que si ellos no hubieran nacido sus padres no hubieran tenido problemas entre ellos.
 - No utilizarlos en los conflictos de los padres como ya lo mencionábamos, como espías, como protectores o como rehenes.
 - Cumplir con las visitas acordadas ya que los niños pueden llegar a sentir el abandono del padre o madre y sentirse no valorado, afectando su autoestima.
 - Recordar que, a pesar de que ya no son pareja, deben tratar de mantener una relación armónica con su ex, en beneficio de los hijos de ambos; ser responsables para con ellos, estar cercanos participando en sus actividades y en su vida.
 - Acordar normas congruentes ambos padres.
 
Lic. Mayusa Maldonado
lic_mayusa@psicologosmonterrey.com.mx
								
															![Pinocho de Guillermo del Toro: Des-obediencia e Im-perfección Foto de Netflix - © 2022 Netflix, Inc. Imagen recuperada del portal de IMDB. La desobediencia, obediencia, perfección e imperfección giran alrededor de esta historia contada por Guillermo del Toro, una versión del clásico cuento infantil de la marioneta con vida creada por Geppetto, un zapatero que vive en un pueblo italiano en medio de la guerra fascista. Esta marioneta llamada Pinocho cobra vida con las palabras de un guardián mágico, que aparece como El Genio de Aladdin para concederle un deseo a Geppeto; la compañía y el amor de un hijo. Geppeto ha perdido a su nieto, Carlo, en un trágico accidente en medio de un bombardeo. En el fondo quiere que Pinocho sea como Carlo, un niño cariñoso, curioso y obediente, perfecto; así como él era un padre igual de perfecto en el pasado, que cantaba por las noches, jugaba y era querido por su comunidad. Esto cambia cuando Carlo muere, Geppeto deja de trabajar, comienza a beber y alejarse de los otros, ahora pasa a ser otro borracho del pueblo, abatido por el dolor de la pérdida, señalado como un loco perverso (exageradamente) por haber creado a Pinocho. Pinocho es un ser curioso que vorazmente quiere entender el mundo, se tropieza y camina alegre, cantando, jugando y divirtiéndose. De su nariz crecen ramas que se hacen más grandes cada vez que dice una mentira, los demás le ordenan que obedezca aunque apenas está aprendiendo qué es obedecer y qué es una mentira. ¿Por qué desear que Pinocho nazca obedeciendo? Para que así sea perfecto, porque los niños obedecen a los adultos, y éstos a su vez obedecen con mayor naturalidad, a lo que yo agregaría: porque están más inmersos en la cultura, lo que los detiene de hacer cosas que no están bien vistas por los demás. En mi consulta, y seguramente en la de muchos colegas que reciben pacientes infantiles, he escuchado a padres que no logran que sus hijos los obedezcan, hacen más caso a otras personas que los rodean, o solo a uno de ellos. Ante el desplegamiento de estos escenarios pregunto por qué piensan que esto es así, a lo que responden que quizás sea porque no pasan mucho tiempo con ellos por su trabajo, que el otro los consiente en todo y respetan más al que cumple todos sus deseos; todas estas respuestas responden fácilmente a esta pregunta, aunque hay algo más, aquello que corresponde al deseo de ser padres y la autoridad que éstos se dan a sí mismos para ejercer las funciones de la paternidad. Algunos con timidez confiesan que temen frustrarlos para evitar ser juzgados por otros padres, que les cuesta poner límites porque quieren ver a sus hijos cien por cierto felices. Sin embargo no hay que perder de vista que como cuidadores su responsabilidad es tomar decisiones por ellos, recordando que no se van a traumatizar porque no consiguen lo que quieren, ellos necesitan aprender a tolerar la frustración porque afuera no habrá alguien que los complazca completamente. Joseph Knobel Freud en su Libro: Los retos de ser padres, nos recuerda que los límites evitan que los niños terminen perdidos en el país del nunca jamás, como Peter Pan, sin nadie que los mire y sostenga. Por otro lado, un peculiar escritor intelectual busca escribir en papel sus memorias de vida, y termina narrando la vida de Pinocho. Somos testigos de sus tropiezos, sus intentos fallidos de que otros lo escuchen, de ser como un guía espiritual para los demás, con la intención de que tomen buenas decisiones; está ahí para recalcar la desobediencia, pero no solo eso. Este famoso personaje del que hablo es, como seguro ya adivinaron, el sabio Sebastian Cricket, o conocido por muchos como Pepe Grillo. En un video para Netflix destaca un aspecto muy valioso de la madera con la que es diseñada Pinocho. Es una madera que no es perfecta, y la vida tampoco lo es; uno puede meter un poco la pata, o varias patas, pero damos lo mejor de nosotros mismos y eso es lo mejor que podemos hacer. Esta marioneta con vidas de gato, Pinocho, se pregunta cosas muy interesantes, entre ellas: ¿por qué la guerra? La guerra es dolor, separación, rutina, muerte. Las escenas de los niños ejercitándose para la guerra, o más bien esclavisándose, en la época fascista, rodeados de bombas que acabaran con sus vidas; fueron impresionantes para mí, y me hacen pensar en las palabras dichas por Guillermo del Toro en una entrevista: “La animación puede contar cualquier historia, lo raro, lo siniestro, lo terrible”. En momentos la furia y el enojo se muestran como algo casi malévolo, Geppeto en una escena corta la madera enfurecido y Volpe, el vicioso malvado que maltrata a Pinocho y Spazzatura, quiere quemarlo vivo. Recordando que esta historia sucede en la época fascista, se nos muestra una competencia entre dos equipos rivales con Pinocho y Candlewick (hijo del Podestà, que cuida el bienestar moral del pueblo) como líderes, quienes se esfuerzan por ser amados por sus padres. El “juego” termina con un abrazo tierno entre dos amigos que declaran un empate, no quieren hacerse daño, a la que podríamos darle la lectura de la renuncia de Candlewick a los deseos de su padre (quien piensa que es un cobarde) desde la desobediencia, negándose a matar a Pinocho, diciendo: ”Toda mi vida traté de complacerte, pero nunca lo haré. Tenías razón, soy delgado, débil, frágil como la mecha de una vela [wick of a candle, como su nombre], siempre con miedo. Pero con todo el miedo que tengo, ahora voy a decirte que no. No me da miedo decirte que no”. El mensaje está ahí: No hay uno mejor que el otro, para los dos hay lugar, ambos pueden ganar. Los sentimientos entre los hombres ejercen un efecto contrario a la guerra; la amistad y la unión son el enemigo de la destrucción total, en palabras del padre del Psicoanálisis (Sigmund Freud). Al final de la película Pinocho salva a Geppetto, el grillo y Spazzatura de morir ahogados, perdiendo un brazo y su propia vida, aunque el noble grillo (como lo llama la guardiana) pide como deseo que vuelva. Geppetto confiesa mientras sostiene en brazos a Pinocho que trataba de convertirlo en alguien que no es, le pide que no sea Carlo, que sea justo como es él, que así lo ama; a lo que él responde: “Entonces seré Pinocho”. No tenemos que cambiar para ser amados, algunos nos amarán y aceptarán tal como somos, imperfectos. La gran salvación que tenemos es abrazar nuestras imperfecciones, esa es la tierna lectura que le da Guillermo del Toro. La rigidez y la perfección llevan a un solo destino: la destrucción, el fascismo. Las salvaciones van más allá del sacrificio amoroso. Pinocho salva al Grillo (de sus vanidades), a Geppeto (de su duelo) y Spazzatura (de su amo), pero no haciéndolo él, si no permitiendo con su ejemplo que ellos mismos se liberen. Esto es un verdadero héroe en una historia, en palabras de Héctor Mendoza Cuevas, cinéfilo mexicano. Por último, responderé a la tan repetitiva pregunta de si esta es o no es una película para niños con palabras del propio Guillermo: "No es una película para niños, pero los niños la pueden ver siempre y cuando tengan padres que hablen con ellos". Referencias bibliográficas: Freud, Sigmund, Obras Completas, Ed. Amorrortu, Argentina, 1991, 24 T. ¿Por qué la Guerra?, (1933 [1932]), T. XXII. Psipre. (14 de diciembre de 2022). Pinocho: Padres e hijos imperfectos. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=3EOUTh6KKX8&t=2874s Sopitas. (8 de diciembre de 2022). Entrevista con Guillermo del Toro l Su versión sobre Pinocchio, una de las mejores películas del año. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=tK34eayf04w Fuera de foco. (8 de diciembre de 2022). GUILLERMO DEL TORO: ¿Qué se puede hacer por la ANIMACIÓN en MÉXICO I ENTREVISTA /. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=I_2Ff57Ikc4 Knobel Freud, J. (2019). El reto de ser padres. Paidós.](https://psicologosmonterrey.com.mx/wp-content/uploads/2024/10/IMG-20241009-WA0011.jpg)






