Como padre, ¿cómo puedo enseñar a amar a mis hijos?

Sin duda ésta es una de las preguntas más importantes para tomar en cuenta en la crianza de nuestros hijos. Claro, el sabernos queridos en casa y las palabras de afecto son muy valiosas y de aquí parten muchas actitudes que guían la manera en la que nos relacionamos con nuestros hijos, pero es importante señalar ciertas conductas que reforzarán esto que ven y sienten en casa:

  • Desarrollar las responsabilidades desde pequeños.

Esto es que, dependiendo de su edad, tengan actividades relacionadas a hacerse cargo de sí mismos y de sus cosas; por ejemplo, el recoger sus juguetes, su plato a la hora de la comida, respetar horas de sueño y de juego, etc. Además de cuestiones de reglas en casa y enseñarles a ser ordenados, también repercute en que se sepan capaces de colaborar en un trabajo en equipo, de respetar su descanso y de cuidar lo que es suyo. Esto está directamente relacionado con el amor propio, si ellos procuran su bienestar físico y emocional, podrán también proyectarlo a los demás en sus relaciones próximas.

  • Poner límites claros.

Es muy importante manejar las reglas en casa y que éstas sean claras, que no se transgredan constantemente; sí es válido el llegar a acuerdos, pero si las reglas están para unas ocasiones y para otras desaparecen lo que puede crear es confusión. El marcar los límites les enseña a los niños a también marcar límites claros con ellos con respecto a su tiempo, sus cosas, etc., lo cual les ayuda a la hora de relacionarse con los demás; por ejemplo, el no involucrarse con amiguitos que transgredan sus propios límites, físicos o emocionales.

  • Escuchar con empatía.

El detenernos a escuchar es bastante importante. Es darle lugar a saber cómo es que se están sintiendo nuestros hijos, qué ha pasado con ellos en la escuela o cómo es que los han tratado sus compañeros. No a manera de chisme, si no con el interés real de involucrarnos en lo que les sucede y poder aconsejarlos o ayudarlos ante un problema. Es abrir la confianza y la calidez en casa, con lo cual ellos aprenderán a expresar sus emociones de una manera sana con ellos mismos y con los demás. La comunicación empática resulta en relaciones reales, donde la intimidad emocional se logra y así, se puede amar a los demás y a uno mismo.

  • Dar la posibilidad de equivocarse.

El reparar es de suma importancia para la vida de las personas, esto permite que se puedan cometer errores y saber que no se acaba el mundo por eso y que tenemos la posibilidad de aprender de lo sucedido y de hacer algo con ello. Muchas veces los niños cuando rompen algo en casa o pierden algún objeto pueden sentir que sus papás ya no los van a querer o que no hay manera de arreglarlo y prefieren ocultarlo, lo cual provoca que se angustien mucho. El procurar en casa un ambiente en donde haya apertura para hablar y de aprender hace más fácil la comunicación entre los miembros de la familia, que sin duda provoca un sentimiento de calidez, confianza y protección. El amar es la capacidad de aceptarse a uno mismo y al otro con virtudes y también con los defectos (o áreas de oportunidad).

Psipre

Psipre

Entradas Relacionadas