Captura de pantalla 2015-08-18 a la(s) 00.30.54

¿Aceptación o resignación de mi pareja?

Cuando estamos en una relación de pareja avanzada, ya nos encontramos fuera del terreno del enamoramiento, y vemos aquello que tiene el ser humano real; ya podemos ver defectos en diferentes áreas de la persona: rasgos de personalidad, aspecto físico, forma de hablar, olores, inteligencia, entre muchos otros.

Así es la persona real, pero si el amor es la aceptación de los defectos del otro, ¿cómo puedo saber si lo estoy aceptando por amor o si me estoy resignando ante ello?

La aceptación, según el diccionario de la Real Academia Española, es una aprobación y aplauso; y aceptar es: recibir voluntariamente o sin oposición lo que se da, ofrece o encarga. En cambio, la resignación es: entrega voluntaria que alguien hace de sí poniéndose en las manos y voluntad de otra persona.

Así podemos ver que la aceptación va acompañada de un aire positivo, en donde, a pesar de que algo no me gusta, no me opongo a ello. Por ejemplo: puedo sentir que mi pareja es tímida en el ámbito social, y quisiera que fuera más abierta; puedo aceptarlo, ya que sus demás características son muy virtuosas.

La resignación, implica abandonarse a uno mismo, hacer a un lado lo que siento y pienso, con tal de que el otro esté conforme, o simplemente evitar discusiones. Por ejemplo: puedo sentir que mi pareja no ha conseguido logros que me hagan sentir orgulloso.

Así vemos que, la resignación no es una solución de un problema, sino un “auto-engaño”, ya que realmente me siento incómodo o preocupado e inclusive sé, en una parte de mí, que en un futuro, puede empeorar. Lo anterior puede darse en detalles pequeños como: no puedo aceptar su aseo hasta no puedo aceptar la forma en que me habla, o cómo trata a mi familia.

Tenemos que definir qué cosas voy a aceptar y qué cosas no: ésta es la base de un amor condicionado sano. Yo te voy amar, siempre y cuando me hagas sentir orgulloso, yo te voy a amar, siempre y cuando me respetes, yo te voy a amar, siempre y cuando cubras mis necesidades emocionales.

Algunas condiciones que me pueden llevar a la resignación son:

  • Quiero evitar los momentos en donde se pueda poner en evidencia aquellas características.
  • Siento que no podría encontrar otra pareja.
  • Me guardo lo que siento.
  • Siento que a esta “altura del partido” ya no se puede hacer nada.
  • Pienso: “tal vez me lo merezco”

Cuidado; hay una forma engañosa de “no resignarnos” ante un defecto, que es tratando de cambiarlo: quiero que gane más dinero, tenemos pláticas eternas acerca de su desempeño, quiero que sea menos celoso(a), me encargo de hacerlo sentir seguro, quiero que sea más cariñoso, y lucho para eso. Esto pareciera que es una aceptación parcial, ya que estamos tratando de llegar a acuerdos que, durante años no se han logrado; pero también es una resignación disfrazada.

Por esto lo mejor es un punto medio: dejar de negar la incomodidad o preocupación que siento ante “defectos” de mi pareja, hablarlo y a la vez tener consciente, cuánto tiempo estaré dispuesto a tratar de lograr ese acuerdo.

 

Lic. Florencia Bevilacqua

lic_florencia@psicologosmonterrey.com.mx

 

Psipre

Psipre

Entradas Relacionadas