Te necesito para poder existir.
La vida de Víctor de Aveyron era extraña, él no vivía agrupado con otros seres humanos, era un niño de aproximadamente de 12 años al que encuentran en el bosque completamente desnudo, y que vecinos de la zona ya habían visto comiendo bayas y tubérculos, el niño vivía de manera salvaje y fue recluido en un hospital para aprovechar la oportunidad y estudiar los efectos que podrían tener el crecer sin educación, influencia o aporte humano, sin el referente de otra persona para crecer.
El ser humano no está hecho para vivir en soledad, requerimos de “otra persona” que le vaya explicando el mundo, necesita de “otra persona” que le ponga un nombre, que le explique cómo se va comportando, que vaya traduciendo lo que va sintiendo.
Sin ese “otro” sería imposible saber quién y cómo es.
Entendemos el mundo a través de ese “otro” hasta que llega el momento en que ese otro se convierte en muchos “otros”.
Al inicio de la vida cuando somos bebés necesitamos vivir con un otro que nos de cuidado y amor, una figura materna, puesto que de esa forma este bebé va entendiendo todo de sí mismo, después papá, después los hermanos y la familia más extensa.
Y si seguimos… el colegio, los amiguitos, los profes, el trabajo, el jefe, los alumnos de la clase, los vecinos, el frutero, la cuñada, tu amigo de toda la vida, tú pareja.
Entonces cuando crecemos ampliamos esos “otros”, y estos se convierten en algo parecido a los espejos, ya que nos muestran el reflejo de lo que somos.
Estos “otros-espejos” traducen, codifican, tienen una idea de nosotros y si son muy cercanos, en momentos puntuales suelen decirnos y contarnos lo que piensan acerca de quiénes somos y como funcionamos.
“Eres una ingrata, no me llamas para saber cómo estoy”.
“Me encanta de ti que eres muy cariñosa”.
“Es que estar contigo es ¡tan divertido!”
“No me gusta que me ignores cuando te estoy hablando”.
“Sé que eres un poco antisocial, pero has el esfuerzo de poner buena cara y socializar.”
“Estar contigo me hace sentir seguro.”
“¿Por qué eres tan malaje?”
“Nadie me cuida mejor que tú.”
“No te sientas insegura, tienes grandes capacidades en lo que haces y lo sabes.”
“Me encanta tu sinceridad, pero dilo con delicadeza”
“Eres un personaje raro y especial”
“Eres generoso y apasionado con tu trabajo.”
“No me gusta que seas tan irresponsable con tu propia familia.”
EL reconocernos frente a un espejo nos da identidad, y también cuando los demás nos dicen lo que piensan sobre nosotros nos da identidad, por lo tanto, desde del día uno de vida se hace necesaria la presencia de otra persona para saber quiénes somos, para poder existir.
De hecho, existe una la teoría que nos explica esto…
La teoría del estadio del espejo de J. Lacan, en donde el bebé experimenta la fase en la que es capaz de reconocerse a sí mismo cuando ve su propio reflejo frente a un espejo, entiende su imagen al completo en lugar de verla fragmentada. Antes veía su cuerpo por separado, sus manos, sus pies, su barriga, pero este descubrimiento lo hace verse como una unidad, se reconoce como un todo, es ahora cuando se estructura y da lugar a la formación y función de su YO.
El “otro” al principio era su madre, o quien cumplía con la función materna, esta era su modelo visual, a este si la veía completa con lo que el bebé se identifica con ella y también este “otro-madre” será quien configure su imagen corporal por modelar, lo hace a través de sus caricias, con sus expresiones verbales, eres así por donde te acaricio y te digo como eres.
Aunque no queda del todo claro si Víctor era un genuino niño salvaje, si nos quedamos con su historia de haber vivido solo en el bosque en sus primeros años no tuvo quien le tradujera el mundo, quien le inyectara el lenguaje, no tuvo un primer espejo con el cual se identificara y que le diera una identidad, un Yo.
Víctor no sabía hablar, solo emitía sonidos, caminaba en cuadrúpeda, se escapaba constantemente de la oportunidad de ser convertido en ser social, de la oportunidad de ser educado, no soportaba ir vestido y se refugiaba en el bosque donde había pasado sus primeros años de vida, solo.
Probablemente no tenía una consciencia de su propia identidad ya que nunca tuvo un nombre, nunca escucho la frase que niño tan bonito, nunca escucho; tienes que ser bueno, esto no se debe de hacer, como te gusta que toque los pies, que niño tan goloso! y miles de cosas que son parte de una transmisión de elementos que nos indican que, y como debemos ser, nos indican lo que somos y nos crean una identidad…nos hacen existir.
Siempre necesitamos de otra persona que nos da el reflejo de lo que somos, que sea nuestro referente identificatorio, sin espejos donde reflejarnos sería muy complicada la existencia.
No podemos vivir en soledad, el estar rodeados de “otros” nos ayudará a entender cómo y quienes somos.
Psicóloga Consultora Psicoanalítica
NºCOL.ANO916
Mayrapalacios@psicologosmonterrey.com.mx (0034)670640589
PSIPRE Cádiz, España
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![Pinocho de Guillermo del Toro: Des-obediencia e Im-perfección Foto de Netflix - © 2022 Netflix, Inc. Imagen recuperada del portal de IMDB. La desobediencia, obediencia, perfección e imperfección giran alrededor de esta historia contada por Guillermo del Toro, una versión del clásico cuento infantil de la marioneta con vida creada por Geppetto, un zapatero que vive en un pueblo italiano en medio de la guerra fascista. Esta marioneta llamada Pinocho cobra vida con las palabras de un guardián mágico, que aparece como El Genio de Aladdin para concederle un deseo a Geppeto; la compañía y el amor de un hijo. Geppeto ha perdido a su nieto, Carlo, en un trágico accidente en medio de un bombardeo. En el fondo quiere que Pinocho sea como Carlo, un niño cariñoso, curioso y obediente, perfecto; así como él era un padre igual de perfecto en el pasado, que cantaba por las noches, jugaba y era querido por su comunidad. Esto cambia cuando Carlo muere, Geppeto deja de trabajar, comienza a beber y alejarse de los otros, ahora pasa a ser otro borracho del pueblo, abatido por el dolor de la pérdida, señalado como un loco perverso (exageradamente) por haber creado a Pinocho. Pinocho es un ser curioso que vorazmente quiere entender el mundo, se tropieza y camina alegre, cantando, jugando y divirtiéndose. De su nariz crecen ramas que se hacen más grandes cada vez que dice una mentira, los demás le ordenan que obedezca aunque apenas está aprendiendo qué es obedecer y qué es una mentira. ¿Por qué desear que Pinocho nazca obedeciendo? Para que así sea perfecto, porque los niños obedecen a los adultos, y éstos a su vez obedecen con mayor naturalidad, a lo que yo agregaría: porque están más inmersos en la cultura, lo que los detiene de hacer cosas que no están bien vistas por los demás. En mi consulta, y seguramente en la de muchos colegas que reciben pacientes infantiles, he escuchado a padres que no logran que sus hijos los obedezcan, hacen más caso a otras personas que los rodean, o solo a uno de ellos. Ante el desplegamiento de estos escenarios pregunto por qué piensan que esto es así, a lo que responden que quizás sea porque no pasan mucho tiempo con ellos por su trabajo, que el otro los consiente en todo y respetan más al que cumple todos sus deseos; todas estas respuestas responden fácilmente a esta pregunta, aunque hay algo más, aquello que corresponde al deseo de ser padres y la autoridad que éstos se dan a sí mismos para ejercer las funciones de la paternidad. Algunos con timidez confiesan que temen frustrarlos para evitar ser juzgados por otros padres, que les cuesta poner límites porque quieren ver a sus hijos cien por cierto felices. Sin embargo no hay que perder de vista que como cuidadores su responsabilidad es tomar decisiones por ellos, recordando que no se van a traumatizar porque no consiguen lo que quieren, ellos necesitan aprender a tolerar la frustración porque afuera no habrá alguien que los complazca completamente. Joseph Knobel Freud en su Libro: Los retos de ser padres, nos recuerda que los límites evitan que los niños terminen perdidos en el país del nunca jamás, como Peter Pan, sin nadie que los mire y sostenga. Por otro lado, un peculiar escritor intelectual busca escribir en papel sus memorias de vida, y termina narrando la vida de Pinocho. Somos testigos de sus tropiezos, sus intentos fallidos de que otros lo escuchen, de ser como un guía espiritual para los demás, con la intención de que tomen buenas decisiones; está ahí para recalcar la desobediencia, pero no solo eso. Este famoso personaje del que hablo es, como seguro ya adivinaron, el sabio Sebastian Cricket, o conocido por muchos como Pepe Grillo. En un video para Netflix destaca un aspecto muy valioso de la madera con la que es diseñada Pinocho. Es una madera que no es perfecta, y la vida tampoco lo es; uno puede meter un poco la pata, o varias patas, pero damos lo mejor de nosotros mismos y eso es lo mejor que podemos hacer. Esta marioneta con vidas de gato, Pinocho, se pregunta cosas muy interesantes, entre ellas: ¿por qué la guerra? La guerra es dolor, separación, rutina, muerte. Las escenas de los niños ejercitándose para la guerra, o más bien esclavisándose, en la época fascista, rodeados de bombas que acabaran con sus vidas; fueron impresionantes para mí, y me hacen pensar en las palabras dichas por Guillermo del Toro en una entrevista: “La animación puede contar cualquier historia, lo raro, lo siniestro, lo terrible”. En momentos la furia y el enojo se muestran como algo casi malévolo, Geppeto en una escena corta la madera enfurecido y Volpe, el vicioso malvado que maltrata a Pinocho y Spazzatura, quiere quemarlo vivo. Recordando que esta historia sucede en la época fascista, se nos muestra una competencia entre dos equipos rivales con Pinocho y Candlewick (hijo del Podestà, que cuida el bienestar moral del pueblo) como líderes, quienes se esfuerzan por ser amados por sus padres. El “juego” termina con un abrazo tierno entre dos amigos que declaran un empate, no quieren hacerse daño, a la que podríamos darle la lectura de la renuncia de Candlewick a los deseos de su padre (quien piensa que es un cobarde) desde la desobediencia, negándose a matar a Pinocho, diciendo: ”Toda mi vida traté de complacerte, pero nunca lo haré. Tenías razón, soy delgado, débil, frágil como la mecha de una vela [wick of a candle, como su nombre], siempre con miedo. Pero con todo el miedo que tengo, ahora voy a decirte que no. No me da miedo decirte que no”. El mensaje está ahí: No hay uno mejor que el otro, para los dos hay lugar, ambos pueden ganar. Los sentimientos entre los hombres ejercen un efecto contrario a la guerra; la amistad y la unión son el enemigo de la destrucción total, en palabras del padre del Psicoanálisis (Sigmund Freud). Al final de la película Pinocho salva a Geppetto, el grillo y Spazzatura de morir ahogados, perdiendo un brazo y su propia vida, aunque el noble grillo (como lo llama la guardiana) pide como deseo que vuelva. Geppetto confiesa mientras sostiene en brazos a Pinocho que trataba de convertirlo en alguien que no es, le pide que no sea Carlo, que sea justo como es él, que así lo ama; a lo que él responde: “Entonces seré Pinocho”. No tenemos que cambiar para ser amados, algunos nos amarán y aceptarán tal como somos, imperfectos. La gran salvación que tenemos es abrazar nuestras imperfecciones, esa es la tierna lectura que le da Guillermo del Toro. La rigidez y la perfección llevan a un solo destino: la destrucción, el fascismo. Las salvaciones van más allá del sacrificio amoroso. Pinocho salva al Grillo (de sus vanidades), a Geppeto (de su duelo) y Spazzatura (de su amo), pero no haciéndolo él, si no permitiendo con su ejemplo que ellos mismos se liberen. Esto es un verdadero héroe en una historia, en palabras de Héctor Mendoza Cuevas, cinéfilo mexicano. Por último, responderé a la tan repetitiva pregunta de si esta es o no es una película para niños con palabras del propio Guillermo: "No es una película para niños, pero los niños la pueden ver siempre y cuando tengan padres que hablen con ellos". Referencias bibliográficas: Freud, Sigmund, Obras Completas, Ed. Amorrortu, Argentina, 1991, 24 T. ¿Por qué la Guerra?, (1933 [1932]), T. XXII. Psipre. (14 de diciembre de 2022). Pinocho: Padres e hijos imperfectos. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=3EOUTh6KKX8&t=2874s Sopitas. (8 de diciembre de 2022). Entrevista con Guillermo del Toro l Su versión sobre Pinocchio, una de las mejores películas del año. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=tK34eayf04w Fuera de foco. (8 de diciembre de 2022). GUILLERMO DEL TORO: ¿Qué se puede hacer por la ANIMACIÓN en MÉXICO I ENTREVISTA /. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=I_2Ff57Ikc4 Knobel Freud, J. (2019). El reto de ser padres. Paidós.](https://psicologosmonterrey.com.mx/wp-content/uploads/2024/10/IMG-20241009-WA0011.jpg)






