A propósito de la Serie de Netflix “13 Reasons why” («Por 13 razones») y el abismo comunicacional entre adultos y adolescentes.
No es necesario haber visto la serie «Por 13 razones» para continuar leyendo este artículo. La verdad, la serie, es usada como una excusa, una buena excusa, para retomar un tema casi cliché pero inagotable y necesario. El abismo comunicacional entre adultos y adolescentes, así como y su riesgo asociado.
En la serie «Por 13 razones» hay riesgo. (Puedo hablar del final, porque el mismo se conoce desde el principio). El suicidio de su protagonista adolescente, Hanna, es la desafortunada decisión asociada al impacto de múltiples factores de riesgo, en una chica con cierta vulnerabilidad emocional, sí, pero que podría estar más cerca de lo que pensamos, de muchos de los adolescentes que nos rodean.
Hanna nos va contando, nos va exponiendo con una profunda intimidad sus razones, sus 13 Reasons Why (Por 13 razones) y las circunstancias que la llevaron a sentirse tan desdichada. Lo paradójico es que ésta detallada narrativa de su mirada, de lo que transitó, de su profundo malestar, llega de manera impersonal, llega tarde y llega en “casetes” cuando Hanna está muerta.
Estos dispositivos “vintage” en desuso parecen generar en los adultos de la serie una especie de melancolía retro, más que una curiosidad real en el contenido de los mismos o en el chico portador de los mismos. Algo así como “me interesas en la medida en que te interese lo que a mí o que traigas algo que yo reconozca, algo que me resulte familiar” conformándose éstos con respuestas de microondas, sin darse a la tarea de detenerse un poco más en el otro, aunque implique más trabajo, tiempo de cocción y algo más de realidad.
En las Serie «Por 13 razones» Hanna se permite un monólogo explicativo y castigador en retroactivo dirigido a sus pares, a los que responsabiliza de su profundo malestar y de su decisión final. El tema es que muchos de estos pares adolescentes “culpables” se encuentran tan perdidos, asustados, confundidos y en cierta medida tan solos como ella.
En las grabaciones de Hanna se dejan colar temas angulares, como las relaciones sexuales entre adolescentes, la homosexualidad, el abuso sexual, el bullying, la violencia escolar, la presión social, el consumo y distribución de alcohol y otras drogas, los retos dentro del mundo académico, el futuro vocacional competitivo e incierto, las fiestas, las amistades, el noviazgo, el enamoramiento, las relaciones familiares y las decepciones que todas estas relaciones pueden generar tanto en la realidad 1.0 como en la virtual.
Temas todos que se dan entre adolescentes y de la suficiente densidad para justificar un intercambio genuino con adultos significativos contenedores e interesados en acompañar y no solo en desplegar un gesto poco genuino de escucha light, desinteresada o temerosa, lo que es rápidamente percibido por los chicos, quienes no van a sembrar donde sientan que no pueden cosechar.
Este intercambio genuino, no es fácil. María del Carmen Míguez Psicoanalista Venezolana en su libro “Cómo vivir con un adolescente” nos plantea:
“Los adolescentes suelen tener mucha dificultad para comunicar lo que les sucede internamente. Al menos de forma verbal y con los adultos las trabas son enormes. Con frecuencia no pueden poner en palabras sus angustias y temores, tampoco su rabia. A veces están muy confundidos y no saben siquiera qué es lo que les está pasando; solo reconocen un enorme malestar” … ” incluso aunque los adolescentes estén colaborando la información valiosa no es revelada de un tirón como quien saca un conejo de dentro de un sombrero. El material va apareciendo como piezas sueltas de un rompecabezas desconocido que hay que poder armar”
Y me permito añadir, que hay que poder como adultos sostener desde lo que no encaja, desde lo que no calza a la primera, desde lo que quizás no es cómodo, rápido o agradable, pero si necesario.
Françoise Dolto nos ilumina señalándonos lo siguiente:
“El joven no tiene palabras para hablar. Pero se trabaja muy bien de inconsciente a inconsciente”
Y esto en alguna medida, puede acercarse a eso que me llega, que va más allá de lo verbal y de lo no verbal, pero que me permite sentir si el otro efectivamente está o no, y más importante aún si le interesa estar y hacer el esfuerzo por saber de mí.
La paz barata de una conversación en 2 líneas.
-Cómo estás?
-Bien.
Puede salir muy cara, al no armarnos la pregunta de cómo efectivamente vemos al joven, de si su monosílabo de respuesta es congruente con lo que efectivamente vemos que dicen su cuerpo, su gestualidad o sus acciones en general.
La paz barata de no mirar alrededor, de no saber de sus amigos, de los que no lo quieren bien, de su cuarto aunque esté desordenado, sus hobbies aunque no nos interesen, su música o sus programas favoritos aunque no nos gusten, su desempeño académico aunque sea su responsabilidad, su manera de vernos aunque nos incomode, sus fluctuaciones en peso o cuidado personal, aunque ya no sea un niño, puede salir muy cara.
A veces el detenernos a verlos de “verdad”, subir la mirada del teléfono, retirarla de la pantalla de la computadora o la tele, cambiar la manera de preguntar sobre algo, no apresurarlos en sus respuestas o pedir que nos expliquen más para entender más y no para juzgar más, puede generar un clima mínimo de confianza para empezar a contar. Para encontrar palabras…
A veces el mandar el mensaje claro de que sentimos o “sabemos” que hay algo más, algo mal quizás, algo en lo que probablemente necesiten de nosotros, algo que quieran decirnos y no sepan cómo, algo que les moleste de nosotros mismos (y luego tener el coraje de escucharlo de verdad) algo que les de vergüenza o miedo, algo que no encaje…puede ayudar.
Necesitamos como adultos tolerar la frustración de que temas de esta densidad probablemente no salgan a la primera (como un conejo de un sombrero), sin embargo al leer el adolescente “de grieta a grieta” “de inconsciente a inconsciente” que hay un interlocutor presente, real e interesado, quizás se aventure el joven a empezar a contar precisamente porque hay alguien dispuesto a escuchar.
Me decía una chica de 17 “mi mamá me pregunta hasta dónde se quiere enterar, por eso casi no sabe”
Me decía un chico de 16 “y de verdad mis papás se creyeron que mi amiga se deshidrató por el sol y no porque le dio un coma etílico porque estuvimos tomando en la playa desde la mañana hasta la noche, no me preguntaron más”
Me decía una chica de 15 “cuando empecé a hacer dieta y perder peso todos en casa me felicitaron, luego dejé de comer, nadie pareció notarlo, nadie me dijo nada, llevaba días sin hacerlo cuando me desmayé en el colegio”
Me decían… estos adolescentes con sus verbatums “no me miraron bien” “no me escucharon bien”, pareciera que hay suficientes razones para hacerlo, seguramente más de 13 razones.
Lic. Geraldine Morillo.
geraldinemorillo@psicologosmonterrey.com.mx
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![Pinocho de Guillermo del Toro: Des-obediencia e Im-perfección Foto de Netflix - © 2022 Netflix, Inc. Imagen recuperada del portal de IMDB. La desobediencia, obediencia, perfección e imperfección giran alrededor de esta historia contada por Guillermo del Toro, una versión del clásico cuento infantil de la marioneta con vida creada por Geppetto, un zapatero que vive en un pueblo italiano en medio de la guerra fascista. Esta marioneta llamada Pinocho cobra vida con las palabras de un guardián mágico, que aparece como El Genio de Aladdin para concederle un deseo a Geppeto; la compañía y el amor de un hijo. Geppeto ha perdido a su nieto, Carlo, en un trágico accidente en medio de un bombardeo. En el fondo quiere que Pinocho sea como Carlo, un niño cariñoso, curioso y obediente, perfecto; así como él era un padre igual de perfecto en el pasado, que cantaba por las noches, jugaba y era querido por su comunidad. Esto cambia cuando Carlo muere, Geppeto deja de trabajar, comienza a beber y alejarse de los otros, ahora pasa a ser otro borracho del pueblo, abatido por el dolor de la pérdida, señalado como un loco perverso (exageradamente) por haber creado a Pinocho. Pinocho es un ser curioso que vorazmente quiere entender el mundo, se tropieza y camina alegre, cantando, jugando y divirtiéndose. De su nariz crecen ramas que se hacen más grandes cada vez que dice una mentira, los demás le ordenan que obedezca aunque apenas está aprendiendo qué es obedecer y qué es una mentira. ¿Por qué desear que Pinocho nazca obedeciendo? Para que así sea perfecto, porque los niños obedecen a los adultos, y éstos a su vez obedecen con mayor naturalidad, a lo que yo agregaría: porque están más inmersos en la cultura, lo que los detiene de hacer cosas que no están bien vistas por los demás. En mi consulta, y seguramente en la de muchos colegas que reciben pacientes infantiles, he escuchado a padres que no logran que sus hijos los obedezcan, hacen más caso a otras personas que los rodean, o solo a uno de ellos. Ante el desplegamiento de estos escenarios pregunto por qué piensan que esto es así, a lo que responden que quizás sea porque no pasan mucho tiempo con ellos por su trabajo, que el otro los consiente en todo y respetan más al que cumple todos sus deseos; todas estas respuestas responden fácilmente a esta pregunta, aunque hay algo más, aquello que corresponde al deseo de ser padres y la autoridad que éstos se dan a sí mismos para ejercer las funciones de la paternidad. Algunos con timidez confiesan que temen frustrarlos para evitar ser juzgados por otros padres, que les cuesta poner límites porque quieren ver a sus hijos cien por cierto felices. Sin embargo no hay que perder de vista que como cuidadores su responsabilidad es tomar decisiones por ellos, recordando que no se van a traumatizar porque no consiguen lo que quieren, ellos necesitan aprender a tolerar la frustración porque afuera no habrá alguien que los complazca completamente. Joseph Knobel Freud en su Libro: Los retos de ser padres, nos recuerda que los límites evitan que los niños terminen perdidos en el país del nunca jamás, como Peter Pan, sin nadie que los mire y sostenga. Por otro lado, un peculiar escritor intelectual busca escribir en papel sus memorias de vida, y termina narrando la vida de Pinocho. Somos testigos de sus tropiezos, sus intentos fallidos de que otros lo escuchen, de ser como un guía espiritual para los demás, con la intención de que tomen buenas decisiones; está ahí para recalcar la desobediencia, pero no solo eso. Este famoso personaje del que hablo es, como seguro ya adivinaron, el sabio Sebastian Cricket, o conocido por muchos como Pepe Grillo. En un video para Netflix destaca un aspecto muy valioso de la madera con la que es diseñada Pinocho. Es una madera que no es perfecta, y la vida tampoco lo es; uno puede meter un poco la pata, o varias patas, pero damos lo mejor de nosotros mismos y eso es lo mejor que podemos hacer. Esta marioneta con vidas de gato, Pinocho, se pregunta cosas muy interesantes, entre ellas: ¿por qué la guerra? La guerra es dolor, separación, rutina, muerte. Las escenas de los niños ejercitándose para la guerra, o más bien esclavisándose, en la época fascista, rodeados de bombas que acabaran con sus vidas; fueron impresionantes para mí, y me hacen pensar en las palabras dichas por Guillermo del Toro en una entrevista: “La animación puede contar cualquier historia, lo raro, lo siniestro, lo terrible”. En momentos la furia y el enojo se muestran como algo casi malévolo, Geppeto en una escena corta la madera enfurecido y Volpe, el vicioso malvado que maltrata a Pinocho y Spazzatura, quiere quemarlo vivo. Recordando que esta historia sucede en la época fascista, se nos muestra una competencia entre dos equipos rivales con Pinocho y Candlewick (hijo del Podestà, que cuida el bienestar moral del pueblo) como líderes, quienes se esfuerzan por ser amados por sus padres. El “juego” termina con un abrazo tierno entre dos amigos que declaran un empate, no quieren hacerse daño, a la que podríamos darle la lectura de la renuncia de Candlewick a los deseos de su padre (quien piensa que es un cobarde) desde la desobediencia, negándose a matar a Pinocho, diciendo: ”Toda mi vida traté de complacerte, pero nunca lo haré. Tenías razón, soy delgado, débil, frágil como la mecha de una vela [wick of a candle, como su nombre], siempre con miedo. Pero con todo el miedo que tengo, ahora voy a decirte que no. No me da miedo decirte que no”. El mensaje está ahí: No hay uno mejor que el otro, para los dos hay lugar, ambos pueden ganar. Los sentimientos entre los hombres ejercen un efecto contrario a la guerra; la amistad y la unión son el enemigo de la destrucción total, en palabras del padre del Psicoanálisis (Sigmund Freud). Al final de la película Pinocho salva a Geppetto, el grillo y Spazzatura de morir ahogados, perdiendo un brazo y su propia vida, aunque el noble grillo (como lo llama la guardiana) pide como deseo que vuelva. Geppetto confiesa mientras sostiene en brazos a Pinocho que trataba de convertirlo en alguien que no es, le pide que no sea Carlo, que sea justo como es él, que así lo ama; a lo que él responde: “Entonces seré Pinocho”. No tenemos que cambiar para ser amados, algunos nos amarán y aceptarán tal como somos, imperfectos. La gran salvación que tenemos es abrazar nuestras imperfecciones, esa es la tierna lectura que le da Guillermo del Toro. La rigidez y la perfección llevan a un solo destino: la destrucción, el fascismo. Las salvaciones van más allá del sacrificio amoroso. Pinocho salva al Grillo (de sus vanidades), a Geppeto (de su duelo) y Spazzatura (de su amo), pero no haciéndolo él, si no permitiendo con su ejemplo que ellos mismos se liberen. Esto es un verdadero héroe en una historia, en palabras de Héctor Mendoza Cuevas, cinéfilo mexicano. Por último, responderé a la tan repetitiva pregunta de si esta es o no es una película para niños con palabras del propio Guillermo: "No es una película para niños, pero los niños la pueden ver siempre y cuando tengan padres que hablen con ellos". Referencias bibliográficas: Freud, Sigmund, Obras Completas, Ed. Amorrortu, Argentina, 1991, 24 T. ¿Por qué la Guerra?, (1933 [1932]), T. XXII. Psipre. (14 de diciembre de 2022). Pinocho: Padres e hijos imperfectos. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=3EOUTh6KKX8&t=2874s Sopitas. (8 de diciembre de 2022). Entrevista con Guillermo del Toro l Su versión sobre Pinocchio, una de las mejores películas del año. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=tK34eayf04w Fuera de foco. (8 de diciembre de 2022). GUILLERMO DEL TORO: ¿Qué se puede hacer por la ANIMACIÓN en MÉXICO I ENTREVISTA /. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=I_2Ff57Ikc4 Knobel Freud, J. (2019). El reto de ser padres. Paidós.](https://psicologosmonterrey.com.mx/wp-content/uploads/2024/10/IMG-20241009-WA0011.jpg)






