¿SOY YO? ¿ES MI CUERPO? ¿ES LA LUNA? O ESTOY PREMENSTRUAL

¿Estoy premenstrual?

Días atrás…once upon a time…. un grupo de amigas saltaban de un tema de conversación a otro hasta que una de ellas se aventuró a comentar:

  • Oigan chicas ¿cómo las trata la vida antes que les venga la menstruación?

Y empezó a fluir la honestidad descarnada que fluye cuando hay confianza dentro del clan femenino.

“Yo me siento «hiper-sensible”. Entonces pienso: ¿de verdad estoy tan brava? O ¿es que estoy en etapa de tormenta hormonal? “

“Cada mes me cambia el humor entre melancólica e irritable. También me cambia la temperatura, de frio a calor en dos segundos. A veces me da por no me importa la gente y soy la encargada de atención al cliente. Uppps…. “

“Yo de ánimo, normal, sin mucho cambio, pero me pongo “fea” como hinchada y eso pues obvio que no me encanta”

“Lo bueno de esta época es la tecnología, llevo el control de mi ciclo menstrual con una app que se llama ¡Ladytimer! a mí me ayuda, para que la nube gris que se instala en mi cabeza no me agarre desprevenida”.

Estas mujeres hablan del Síndrome Premenstrual que puede ser experimentado por hasta el 75% de la población femenina. Y si la intensidad de la sintomatología aumenta y sobresalen síntomas de tipo emocional podemos hablar de un posible Trastorno Disfórico Premenstrual experimentado por entre un 3% a 5% de las mujeres y registrado hace relativamente poco en el DSM V (manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) como un trastorno propio, con criterios específicos, dentro de los trastornos depresivos.

Evidentemente cada mujer vive lo que vive en función a sus características particularísimas, a algunas les resultan más molestos, a otras más leves e incluso imperceptibles los cambios que experimenta su cuerpo y su emocionalidad, pero los cambios están, es un cuerpo preparándose hormonalmente para el embarazo, que puede llegar a fatigarse un poco más, a experimentar problemas de sueño, dolores de cabeza, en los senos, musculares, aumento de peso e hinchazón debido a la retención de líquidos, cambios en el apetito, alteraciones digestivas y síntomas emocionales, como labilidad emocional, agresividad, irritabilidad, sentimientos depresivos, de desesperanza o autocrítica, ansiedad, tensión, problemas de concentración e incluso sensación de pérdida de control.

Existe un importante debate técnico entre considerar a este grupo de manifestaciones premenstruales un “síndrome” o no, ya que el concepto médico de síndrome requiere una causa claramente identificada que explique las alteraciones y si bien se sabe que todas estas manifestaciones se asocian a los cambios hormonales que acontecen en este período del ciclo menstrual, estas fluctuaciones hormonales generan internamente reacciones diferentes y sintomatologías no homogéneas en todas las mujeres. No existiendo aun estudios verdaderamente concluyentes.

Por otro lado, hay un cuestionamiento más de tipo antropológico sobre el hecho de patologizar manifestaciones comunes en una población considerable de mujeres, dándole una categoría diagnóstica de síndrome o enfermedad a manifestaciones que se hacen presentes, impactan el funcionamiento general, pero desaparecen en la mayoría de los casos al iniciar el período menstrual y que además pueden ser registradas de manera diferente, por mujeres pertenecientes a distintas culturas y momentos históricos.

El hecho es, que llamémoslo síndrome o no, se sepa científicamente o no cómo interactúan todos y cada uno de estos cambios hormonales con otros sistemas corporales y existan variaciones en la expresión y vivencia de este fenómeno, incluso en función a culturas y tiempos, existen cambios cíclicos en el organismo femenino, que pueden afectar la vivencia emocional de las mujeres.

Al respecto, Karen Horney, psicoanalista interesada en el estudio de la sexualidad femenina, señala:

“Es curioso que se haya prestado tan poca atención al hecho de que se producen perturbaciones no solo durante la menstruación, sino todavía con mayor frecuencia en los días que preceden al comienzo del flujo menstrual. Estas perturbaciones son bien conocidas, se trata de grados variables de tensión, que van desde la impresión de estar abrumada por todo, una sensación de languidez o falta de energía y sentimientos más o menos intensos de auto-reprobación hasta una sensación pronunciada de opresión y depresión severa. Todos estos sentimientos aparecen frecuentemente entremezclados con otros de irritabilidad o inquietud. Son frecuentes en mujeres por lo demás sanas y rara vez aparecen vinculadas a perturbaciones psicológicas. Y si bien el conocimiento de estos hechos biológicos no nos proporciona por sí mismo ninguna información sobre el contenido psicológico particular de las tensiones premenstruales, resulta sin embargo indispensable para entender esas tensiones, porque ciertos procesos psicológicos paralelizan estos acontecimientos físicos o tienen su causa en ellos”

Es decir que tal como diría papá Freud “A veces un puro es solo un puro”

Saber que como mujer, se habita en un cuerpo femenino, en el que hay niveles de estrógeno y progesterona fluctuantes, que producen alteraciones asociadas a cambios en la emocionalidad, puede ayudar a la mujer a registrarse con menos ingenuidad, sorpresa o una autocrítica despiadada. Puede ayudar a la mujer a tomar conciencia de sí misma, a contextualizarse cíclicamente y a incluso emprender acciones muy concretas, como disminuir la ingesta de ciertos tipos de alimentos que pueden incrementar los síntomas (sal, azúcar refinada, cafeína, alcohol) o aumentar la de otros que puede disminuirlos ( alimentos que incluyan triptófano como carnes, pescados, huevos, productos lácteos y frutos secos) cuidar las horas de sueño, realizar ejercicios físicos aeróbicos o que promuevan la relajación como el yoga. Incluso buscar ayuda psicoterapéutica si el malestar es pronunciado, pudiendo estar en presencia de un Trastorno Disfórico Premenstrual.

En definitiva, la invitación es quizás a mirarse en contexto, dentro de lo cíclico femenino, no para prescindir de la responsabilidad por la propia vida, justificando cualquier tipo de acción bajo la premisa de “estoy en mis días”, pero si asumiendo desde el conocimiento del fenómeno premenstrual, que hay, días de días…

“Cuando las mujeres reafirmamos nuestra relación con la naturaleza “salvaje” no en el sentido peyorativo moderno como falta de control, sino en su sentido original que significa vivir una existencia natural, adquirimos conocimiento, visión e intuición y es el conocimiento de esta naturaleza, lo que nos permite percibir el sonido de los ritmos internos y vivir al son de ellos”

Laura Gutman.

 

Geraldine Morillo.

geraldinemorillo@psicologosmonterrey.com.mx

 

 

 

 

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