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¿Mamitis?

Todos hemos oído comentar a alguien que su pareja o algún conocido tiene “mamitis”. ¿A qué se refieren cuando utilizan este término?

La “mamitis” es la dependencia emocional de un hombre o mujer hacia su madre, en forma de apego, a una edad que ya no es lo esperado; inclusive, en ocasiones, el hijo o hija puede llegar a sentirse comprometido con ella asumiendo un papel que no le corresponde.

La “mamitis” tiene su origen en la niñez, y puede dar como resultado de madres sobreprotectoras y/o dominantes, quienes no posibilitaban a los hijos lograr una independencia emocional; ya sea por querer protegerlos de todo, o por medio de la imposición que impide que los hijos aprendan a tomar sus propias decisiones y a aceptar las consecuencias.

Es importante agregar que el padre también tiene un papel influyente en que este fenómeno se dé, ya que la figura paterna tiene la función de separar un poco a la madre y al hijo, ayudando a que este último gane independencia emocional.

Una persona que tiene “mamitis” puede ser una persona insegura, a la cual se le dificulte tomar decisiones, además se puede presentar una incapacidad para establecer y sostener límites, existiendo en ella una gran dependencia emocional que en algunos cosas puede ser inclusive económica.

Dicha dependencia emocional no tiene que ver con la distancia; se puede estar en un lugar lejano y sin embargo, puede sentirse la necesidad de comunicarse con su madre varias veces al día.

Asimismo, se puede observar en los individuos que tienen “mamitis” un marcado temor al abandono, sentimientos de angustia e inadecuación.

En cuanto a las relaciones sentimentales, puede presentarse una marcada tendencia a criticar las conductas de la pareja y/o compararlas con las de la madre, lo cual deriva en problemas entre éstos, que pueden llegar a manifestarse desde discusiones cotidianas hasta en disfunciones en la conducta sexual, como la disfunción eréctil en los hombres y “anorgasmia” en la mujer.

Además, la “mamitis” puede ocasionar conflictos consigo mismo, ya que puede ser que el individuo ame tanto a su pareja como a su familia, pero no encuentre una forma más adulta de relacionarse con su madre, sintiéndose, quizás incapaz de responder a las demandas tanto de la madre como de su pareja.

 

Recomendaciones

Lo primero sería hacer una observación y reflexión en relación al problema de la “mamitis”, preguntarnos si nosotros o nuestra pareja la padece.

Una vez que se ha detectado el problema, lo más recomendable es buscar ayuda de un especialista. Dependiendo de lo afectada que esté la relación de pareja se puede acudir con un terapeuta de pareja o también se puede llevar a cabo un tratamiento individual para resolver los problemas derivados de dicha dependencia emocional.

Si como padres, reconocemos que nos cuesta trabajo separarnos de nuestros hijos y que quizás seamos sobreprotectores con ellos, también sería ideal considerar la posibilidad de acudir con algún especialista que nos ayude a analizar la razón de esto, a fin de que podamos solucionar nuestro problema y que nuestros hijos puedan llegar a ser personas independientes y felices. Y no sólo por ellos, si no también, porque como o madre o padre, es necesario que muchas de las emociones, deban ser cumplidas, no sólo por nuestros hijos, si no también, por nosotros mismos, nuestra pareja, amigos, etc.

Lic. Mayusa Maldonado / lic_mayusa@psicologosmonterrey.com.mx

 

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Mayusa Maldonado

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