PSIPRE nace en el 2003 posterior a un exhaustivo trabajo reflexivo de un grupo de psicólogas clínicas, dirigido por la Lic. Cristina Kennington. Esta reflexión surgió en base a la interacción que tenían con el público asistente a conferencias de carácter preventivo; allí encontraron que siempre que se daba información práctica de la salud mental y de la importancia de tratar de manera introspectiva los conflictos propios, las personas percataban su necesidad de un posible tratamiento psicoterapéutico. Así, recibían información sencilla y cotidiana de las problemáticas emocionales, que lograban el objetivo preventivo pero, en algunos casos, también surgía el deseo de corregir personalmente aquello que les causaba daño.
Esta iniciativa que el público asistente tenía hacia la búsqueda de psicoterapia, con decisión genuina, dio paso a la creación del centro psicológico Psipre, para continuar cumpliendo la necesidad de la gente de asistir a eventos de conocimiento de salud mental y al mismo tiempo, recibir el trato profesional para trabajar clínicamente casos individuales.
Sumado a este hallazgo, una de las visiones que el grupo inicial de Psipre compartía, era que el trabajo en equipo podía hacer que la tarea terapéutica llegara de manera más inmediata a las personas que lo requerían, y además, más profesional, debido a la continua retroalimentación que la naturaleza del grupo ofrece.
Del mismo modo, compartían la idea de que el psicólogo, en especial el de orientación psicoanalítica, hasta el momento había reflejado una imagen a la comunidad de frialdad y distancia, que dificultaba los intentos de acercarse a ellos. Por lo que este grupo buscaba ofrecer una imagen más accesible y sencilla, de lo contrario, continuarían las dudas que obstaculizaban los beneficios de la psicoterapia.
En sus inicios, Psipre abrió sus puertas en el Centro de Monterrey, donde ofrecía consultas psicoterapéuticas a niños, adolescentes, adultos y parejas. Asimismo, continuaba con su labor de trabajo grupal bajo el formato de conferencias, talleres, grupos de reflexión y escuelas de padres.
El trabajo era acompañado de la continua publicación de artículos de contenido psicológico en un lenguaje sencillo con la búsqueda de llegar de manera más clara y directa a la gente. La publicación de estos, era a través de internet, medios gráficos externos y finalmente llevó a la creación de la Revista Psipre, siendo su primer ejemplar en el 2007 hasta el 2011.
En el año 2008 se inició uno de los proyectos más ambiciosos del centro psicológico: el campo de verano psicológico infantil Psiprelandia, el cual ha sido un éxito hasta la actualidad, ya que conlleva un trabajo preventivo, correctivo y de intervención integral, al trabajar con niños y familias, de manera intensiva durante un mes.
Durante el 2011, al ver que el centro psicológico seguía en crecimiento y que los movimientos administrativos habían llevado a una estructura en continuo avance, se busca ampliar las instalaciones mudándonos a la colonia Obispado. Allí, se lograría ofrecer más espacios de consulta y un lugar más cómodo para nuestros clientes y pacientes.
A lo largo de todos estos años, el equipo Psipre iba cambiando, tratando de lograr una constante mejora. A la par de estos proyectos, también participaba en medios de comunicación de radio y televisión a modo de colaboraciones. Finalmente, en conjunto y con el apoyo de Radio y Televisión Nuevo León, se lleva a cabo el programa de televisión Mentes, el cual buscaba ofrecer información de contenido psicológico, tratado directamente por profesionales de la psicología clínica; saliendo por primera vez al aire en Noviembre de 2013.
Actualmente, después de más de una década de trabajo ininterrumpido, Psipre sigue en constante crecimiento, buscando siempre ofrecer psicoterapia de calidad con profesionales de excelente trabajo terapéutico, con ética y calidez humana.
								
															
							
				![Pinocho de Guillermo del Toro: Des-obediencia e Im-perfección Foto de Netflix - © 2022 Netflix, Inc. Imagen recuperada del portal de IMDB. La desobediencia, obediencia, perfección e imperfección giran alrededor de esta historia contada por Guillermo del Toro, una versión del clásico cuento infantil de la marioneta con vida creada por Geppetto, un zapatero que vive en un pueblo italiano en medio de la guerra fascista. Esta marioneta llamada Pinocho cobra vida con las palabras de un guardián mágico, que aparece como El Genio de Aladdin para concederle un deseo a Geppeto; la compañía y el amor de un hijo. Geppeto ha perdido a su nieto, Carlo, en un trágico accidente en medio de un bombardeo. En el fondo quiere que Pinocho sea como Carlo, un niño cariñoso, curioso y obediente, perfecto; así como él era un padre igual de perfecto en el pasado, que cantaba por las noches, jugaba y era querido por su comunidad. Esto cambia cuando Carlo muere, Geppeto deja de trabajar, comienza a beber y alejarse de los otros, ahora pasa a ser otro borracho del pueblo, abatido por el dolor de la pérdida, señalado como un loco perverso (exageradamente) por haber creado a Pinocho. Pinocho es un ser curioso que vorazmente quiere entender el mundo, se tropieza y camina alegre, cantando, jugando y divirtiéndose. De su nariz crecen ramas que se hacen más grandes cada vez que dice una mentira, los demás le ordenan que obedezca aunque apenas está aprendiendo qué es obedecer y qué es una mentira. ¿Por qué desear que Pinocho nazca obedeciendo? Para que así sea perfecto, porque los niños obedecen a los adultos, y éstos a su vez obedecen con mayor naturalidad, a lo que yo agregaría: porque están más inmersos en la cultura, lo que los detiene de hacer cosas que no están bien vistas por los demás. En mi consulta, y seguramente en la de muchos colegas que reciben pacientes infantiles, he escuchado a padres que no logran que sus hijos los obedezcan, hacen más caso a otras personas que los rodean, o solo a uno de ellos. Ante el desplegamiento de estos escenarios pregunto por qué piensan que esto es así, a lo que responden que quizás sea porque no pasan mucho tiempo con ellos por su trabajo, que el otro los consiente en todo y respetan más al que cumple todos sus deseos; todas estas respuestas responden fácilmente a esta pregunta, aunque hay algo más, aquello que corresponde al deseo de ser padres y la autoridad que éstos se dan a sí mismos para ejercer las funciones de la paternidad. Algunos con timidez confiesan que temen frustrarlos para evitar ser juzgados por otros padres, que les cuesta poner límites porque quieren ver a sus hijos cien por cierto felices. Sin embargo no hay que perder de vista que como cuidadores su responsabilidad es tomar decisiones por ellos, recordando que no se van a traumatizar porque no consiguen lo que quieren, ellos necesitan aprender a tolerar la frustración porque afuera no habrá alguien que los complazca completamente. Joseph Knobel Freud en su Libro: Los retos de ser padres, nos recuerda que los límites evitan que los niños terminen perdidos en el país del nunca jamás, como Peter Pan, sin nadie que los mire y sostenga. Por otro lado, un peculiar escritor intelectual busca escribir en papel sus memorias de vida, y termina narrando la vida de Pinocho. Somos testigos de sus tropiezos, sus intentos fallidos de que otros lo escuchen, de ser como un guía espiritual para los demás, con la intención de que tomen buenas decisiones; está ahí para recalcar la desobediencia, pero no solo eso. Este famoso personaje del que hablo es, como seguro ya adivinaron, el sabio Sebastian Cricket, o conocido por muchos como Pepe Grillo. En un video para Netflix destaca un aspecto muy valioso de la madera con la que es diseñada Pinocho. Es una madera que no es perfecta, y la vida tampoco lo es; uno puede meter un poco la pata, o varias patas, pero damos lo mejor de nosotros mismos y eso es lo mejor que podemos hacer. Esta marioneta con vidas de gato, Pinocho, se pregunta cosas muy interesantes, entre ellas: ¿por qué la guerra? La guerra es dolor, separación, rutina, muerte. Las escenas de los niños ejercitándose para la guerra, o más bien esclavisándose, en la época fascista, rodeados de bombas que acabaran con sus vidas; fueron impresionantes para mí, y me hacen pensar en las palabras dichas por Guillermo del Toro en una entrevista: “La animación puede contar cualquier historia, lo raro, lo siniestro, lo terrible”. En momentos la furia y el enojo se muestran como algo casi malévolo, Geppeto en una escena corta la madera enfurecido y Volpe, el vicioso malvado que maltrata a Pinocho y Spazzatura, quiere quemarlo vivo. Recordando que esta historia sucede en la época fascista, se nos muestra una competencia entre dos equipos rivales con Pinocho y Candlewick (hijo del Podestà, que cuida el bienestar moral del pueblo) como líderes, quienes se esfuerzan por ser amados por sus padres. El “juego” termina con un abrazo tierno entre dos amigos que declaran un empate, no quieren hacerse daño, a la que podríamos darle la lectura de la renuncia de Candlewick a los deseos de su padre (quien piensa que es un cobarde) desde la desobediencia, negándose a matar a Pinocho, diciendo: ”Toda mi vida traté de complacerte, pero nunca lo haré. Tenías razón, soy delgado, débil, frágil como la mecha de una vela [wick of a candle, como su nombre], siempre con miedo. Pero con todo el miedo que tengo, ahora voy a decirte que no. No me da miedo decirte que no”. El mensaje está ahí: No hay uno mejor que el otro, para los dos hay lugar, ambos pueden ganar. Los sentimientos entre los hombres ejercen un efecto contrario a la guerra; la amistad y la unión son el enemigo de la destrucción total, en palabras del padre del Psicoanálisis (Sigmund Freud). Al final de la película Pinocho salva a Geppetto, el grillo y Spazzatura de morir ahogados, perdiendo un brazo y su propia vida, aunque el noble grillo (como lo llama la guardiana) pide como deseo que vuelva. Geppetto confiesa mientras sostiene en brazos a Pinocho que trataba de convertirlo en alguien que no es, le pide que no sea Carlo, que sea justo como es él, que así lo ama; a lo que él responde: “Entonces seré Pinocho”. No tenemos que cambiar para ser amados, algunos nos amarán y aceptarán tal como somos, imperfectos. La gran salvación que tenemos es abrazar nuestras imperfecciones, esa es la tierna lectura que le da Guillermo del Toro. La rigidez y la perfección llevan a un solo destino: la destrucción, el fascismo. Las salvaciones van más allá del sacrificio amoroso. Pinocho salva al Grillo (de sus vanidades), a Geppeto (de su duelo) y Spazzatura (de su amo), pero no haciéndolo él, si no permitiendo con su ejemplo que ellos mismos se liberen. Esto es un verdadero héroe en una historia, en palabras de Héctor Mendoza Cuevas, cinéfilo mexicano. Por último, responderé a la tan repetitiva pregunta de si esta es o no es una película para niños con palabras del propio Guillermo: "No es una película para niños, pero los niños la pueden ver siempre y cuando tengan padres que hablen con ellos". Referencias bibliográficas: Freud, Sigmund, Obras Completas, Ed. Amorrortu, Argentina, 1991, 24 T. ¿Por qué la Guerra?, (1933 [1932]), T. XXII. Psipre. (14 de diciembre de 2022). Pinocho: Padres e hijos imperfectos. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=3EOUTh6KKX8&t=2874s Sopitas. (8 de diciembre de 2022). Entrevista con Guillermo del Toro l Su versión sobre Pinocchio, una de las mejores películas del año. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=tK34eayf04w Fuera de foco. (8 de diciembre de 2022). GUILLERMO DEL TORO: ¿Qué se puede hacer por la ANIMACIÓN en MÉXICO I ENTREVISTA /. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=I_2Ff57Ikc4 Knobel Freud, J. (2019). El reto de ser padres. Paidós.](https://psicologosmonterrey.com.mx/wp-content/uploads/2024/10/IMG-20241009-WA0011.jpg)






