El estrés en los niños
En la actualidad escuchamos con frecuencia el término estrés; debido a diversos factores de la vida diaria como el exceso de trabajo, las exigencias y a la rapidez con la que vivimos, podemos llegar a sentir estrés.
La palabra estrés de acuerdo con la Real Academia Española es la Alteración física o psíquica de un individuo, por someter a su organismo a un exceso de trabajo, de tensión nerviosa, o de cualquier tipo.
Podemos diferencias dos tipos de estrés uno positivo y uno negativo:
- el “positivo” es una tensión necesaria que aumenta el rendimiento y que nos permite realizar todas las actividades diarias. Sin éste, no tendríamos la energía ni la motivación para llevarlas a cabo.
- el estrés “negativo” es aquel que nos dificulta realizar nuestras ocupaciones y nos desgasta.Incluso puede llegar a impedir el desarrollo personal y laboral, a disminuir la capacidad creativa e impedir que disfrutemos de las cosas que habitualmente hacemos. Este tipo de estrés si no se maneja de manera adecuada puede llegar a sentirse en el cuerpo, afectándolo.
Ahora, nuestra pregunta es, el estrés ¿puede afectar a un niño?
¡Claro! recordemos que lo que sienten los padres fácilmente se puede transmitir a los hijos incluso sin que se den cuenta. Es decir, si los padres están estresados seguramente le transmitirán este sentimiento a su hijo aunque éste último no lo pueda reconocer.
Los motivos más comunes causantes de estrés en los niños:
- los cambios: implican una nueva organización y la necesidad de adaptarnos a ellos y los niños pueden ser susceptibles a estos, algunos ejemplos son: mudanzas, cambio de escuela o el nacimiento de un hermano.
- la enfermedad de algún miembro de la familia o una intervención quirúrgica.
- las discusiones de los padres frente al niño,
- separaciones o al divorcio.
- el alto nivel de exigencia de los padres o de la escuela, además de la autoexigencia de los mismos niños. Como en el caso de los niños diagnosticados con déficit de atención, que pueden llegar a sentirse presionados a mejorar sus calificaciones, a pesar de que no lo logren debido a su dificultad para concentrarse.
El estrés en los niños se manifiesta a través de síntomas, que pueden ir desde irritabilidad, hasta alteraciones en el dormir o al comer. Incluso puede expresarse a través del cuerpo, con dolores de cabeza, dolor estomacal o vómitos.
Una vez que desaparezcan los “estresores”, es decir, aquellas situaciones que lo causan, los síntomas deberán desaparecer o disminuir. Sin embargo, si alguno de estos síntomas continúa, es importante buscar ayuda de un especialista.
Recomendaciones:
- Observar las conductas de nuestros hijos, sobre todo si ha habido algún cambio recientemente.
- Es importante que en situaciones en las que sepamos que va ocurrir un cambio importante para nuestros hijos, podamos explicarles qué es lo que va a suceder. Esto les dará seguridad y podrán afrontar las situaciones de una manera más tranquila. Por ejemplo, en un cambio de escuela podemos incluso llevarlo a que conozca a su maestra y mostrarle las instalaciones para que no se sienta tan desorientado al iniciar el ciclo escolar.
- Muchas veces, debido a los cambios que se presentan en nuestra vida, no reflexionamos respecto a los sentimientos que se puedan despertar en nuestros hijos por esos mismos cambios, es necesario estar atentos.
- Debemos considerar que nuestros hijos perciben nuestro estrés, nuestra angustia y que podemos llegar a transmitírselas. Por lo que es importante poner atención a las emociones que nosotros estamos sintiendo, ya que al ser conscientes de éstas, podremos más fácilmente ser empáticos con nuestros hijos.
- Debemos recordar que cuando estamos estresados podemos disminuir nuestra atención hacia nuestros hijos, así, podría suceder que si su hijo percibe que no logra obtener su atención, intente conseguirla por diferentes medios, ya sean positivos o negativos.
- En caso de que persista en su hijo algún síntoma relacionado con un cambio o que tenga alguna duda respecto a la conducta de su hijo, no dude en buscar la ayuda de un especialista.
Lic. Mayusa Maldonado
lic_mayusa@psicologosmonterrey.com.mx
![Pinocho de Guillermo del Toro: Des-obediencia e Im-perfección Foto de Netflix - © 2022 Netflix, Inc. Imagen recuperada del portal de IMDB. La desobediencia, obediencia, perfección e imperfección giran alrededor de esta historia contada por Guillermo del Toro, una versión del clásico cuento infantil de la marioneta con vida creada por Geppetto, un zapatero que vive en un pueblo italiano en medio de la guerra fascista. Esta marioneta llamada Pinocho cobra vida con las palabras de un guardián mágico, que aparece como El Genio de Aladdin para concederle un deseo a Geppeto; la compañía y el amor de un hijo. Geppeto ha perdido a su nieto, Carlo, en un trágico accidente en medio de un bombardeo. En el fondo quiere que Pinocho sea como Carlo, un niño cariñoso, curioso y obediente, perfecto; así como él era un padre igual de perfecto en el pasado, que cantaba por las noches, jugaba y era querido por su comunidad. Esto cambia cuando Carlo muere, Geppeto deja de trabajar, comienza a beber y alejarse de los otros, ahora pasa a ser otro borracho del pueblo, abatido por el dolor de la pérdida, señalado como un loco perverso (exageradamente) por haber creado a Pinocho. Pinocho es un ser curioso que vorazmente quiere entender el mundo, se tropieza y camina alegre, cantando, jugando y divirtiéndose. De su nariz crecen ramas que se hacen más grandes cada vez que dice una mentira, los demás le ordenan que obedezca aunque apenas está aprendiendo qué es obedecer y qué es una mentira. ¿Por qué desear que Pinocho nazca obedeciendo? Para que así sea perfecto, porque los niños obedecen a los adultos, y éstos a su vez obedecen con mayor naturalidad, a lo que yo agregaría: porque están más inmersos en la cultura, lo que los detiene de hacer cosas que no están bien vistas por los demás. En mi consulta, y seguramente en la de muchos colegas que reciben pacientes infantiles, he escuchado a padres que no logran que sus hijos los obedezcan, hacen más caso a otras personas que los rodean, o solo a uno de ellos. Ante el desplegamiento de estos escenarios pregunto por qué piensan que esto es así, a lo que responden que quizás sea porque no pasan mucho tiempo con ellos por su trabajo, que el otro los consiente en todo y respetan más al que cumple todos sus deseos; todas estas respuestas responden fácilmente a esta pregunta, aunque hay algo más, aquello que corresponde al deseo de ser padres y la autoridad que éstos se dan a sí mismos para ejercer las funciones de la paternidad. Algunos con timidez confiesan que temen frustrarlos para evitar ser juzgados por otros padres, que les cuesta poner límites porque quieren ver a sus hijos cien por cierto felices. Sin embargo no hay que perder de vista que como cuidadores su responsabilidad es tomar decisiones por ellos, recordando que no se van a traumatizar porque no consiguen lo que quieren, ellos necesitan aprender a tolerar la frustración porque afuera no habrá alguien que los complazca completamente. Joseph Knobel Freud en su Libro: Los retos de ser padres, nos recuerda que los límites evitan que los niños terminen perdidos en el país del nunca jamás, como Peter Pan, sin nadie que los mire y sostenga. Por otro lado, un peculiar escritor intelectual busca escribir en papel sus memorias de vida, y termina narrando la vida de Pinocho. Somos testigos de sus tropiezos, sus intentos fallidos de que otros lo escuchen, de ser como un guía espiritual para los demás, con la intención de que tomen buenas decisiones; está ahí para recalcar la desobediencia, pero no solo eso. Este famoso personaje del que hablo es, como seguro ya adivinaron, el sabio Sebastian Cricket, o conocido por muchos como Pepe Grillo. En un video para Netflix destaca un aspecto muy valioso de la madera con la que es diseñada Pinocho. Es una madera que no es perfecta, y la vida tampoco lo es; uno puede meter un poco la pata, o varias patas, pero damos lo mejor de nosotros mismos y eso es lo mejor que podemos hacer. Esta marioneta con vidas de gato, Pinocho, se pregunta cosas muy interesantes, entre ellas: ¿por qué la guerra? La guerra es dolor, separación, rutina, muerte. Las escenas de los niños ejercitándose para la guerra, o más bien esclavisándose, en la época fascista, rodeados de bombas que acabaran con sus vidas; fueron impresionantes para mí, y me hacen pensar en las palabras dichas por Guillermo del Toro en una entrevista: “La animación puede contar cualquier historia, lo raro, lo siniestro, lo terrible”. En momentos la furia y el enojo se muestran como algo casi malévolo, Geppeto en una escena corta la madera enfurecido y Volpe, el vicioso malvado que maltrata a Pinocho y Spazzatura, quiere quemarlo vivo. Recordando que esta historia sucede en la época fascista, se nos muestra una competencia entre dos equipos rivales con Pinocho y Candlewick (hijo del Podestà, que cuida el bienestar moral del pueblo) como líderes, quienes se esfuerzan por ser amados por sus padres. El “juego” termina con un abrazo tierno entre dos amigos que declaran un empate, no quieren hacerse daño, a la que podríamos darle la lectura de la renuncia de Candlewick a los deseos de su padre (quien piensa que es un cobarde) desde la desobediencia, negándose a matar a Pinocho, diciendo: ”Toda mi vida traté de complacerte, pero nunca lo haré. Tenías razón, soy delgado, débil, frágil como la mecha de una vela [wick of a candle, como su nombre], siempre con miedo. Pero con todo el miedo que tengo, ahora voy a decirte que no. No me da miedo decirte que no”. El mensaje está ahí: No hay uno mejor que el otro, para los dos hay lugar, ambos pueden ganar. Los sentimientos entre los hombres ejercen un efecto contrario a la guerra; la amistad y la unión son el enemigo de la destrucción total, en palabras del padre del Psicoanálisis (Sigmund Freud). Al final de la película Pinocho salva a Geppetto, el grillo y Spazzatura de morir ahogados, perdiendo un brazo y su propia vida, aunque el noble grillo (como lo llama la guardiana) pide como deseo que vuelva. Geppetto confiesa mientras sostiene en brazos a Pinocho que trataba de convertirlo en alguien que no es, le pide que no sea Carlo, que sea justo como es él, que así lo ama; a lo que él responde: “Entonces seré Pinocho”. No tenemos que cambiar para ser amados, algunos nos amarán y aceptarán tal como somos, imperfectos. La gran salvación que tenemos es abrazar nuestras imperfecciones, esa es la tierna lectura que le da Guillermo del Toro. La rigidez y la perfección llevan a un solo destino: la destrucción, el fascismo. Las salvaciones van más allá del sacrificio amoroso. Pinocho salva al Grillo (de sus vanidades), a Geppeto (de su duelo) y Spazzatura (de su amo), pero no haciéndolo él, si no permitiendo con su ejemplo que ellos mismos se liberen. Esto es un verdadero héroe en una historia, en palabras de Héctor Mendoza Cuevas, cinéfilo mexicano. Por último, responderé a la tan repetitiva pregunta de si esta es o no es una película para niños con palabras del propio Guillermo: "No es una película para niños, pero los niños la pueden ver siempre y cuando tengan padres que hablen con ellos". Referencias bibliográficas: Freud, Sigmund, Obras Completas, Ed. Amorrortu, Argentina, 1991, 24 T. ¿Por qué la Guerra?, (1933 [1932]), T. XXII. Psipre. (14 de diciembre de 2022). Pinocho: Padres e hijos imperfectos. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=3EOUTh6KKX8&t=2874s Sopitas. (8 de diciembre de 2022). Entrevista con Guillermo del Toro l Su versión sobre Pinocchio, una de las mejores películas del año. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=tK34eayf04w Fuera de foco. (8 de diciembre de 2022). GUILLERMO DEL TORO: ¿Qué se puede hacer por la ANIMACIÓN en MÉXICO I ENTREVISTA /. [Video]. Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=I_2Ff57Ikc4 Knobel Freud, J. (2019). El reto de ser padres. Paidós.](https://psicologosmonterrey.com.mx/wp-content/uploads/2024/10/IMG-20241009-WA0011.jpg)






