Cambios, cambios, cambios… sí, eso es lo que le pasa al cuerpo adolescente. Ya por todos es sabido que en esta edad las mujeres le brotan senos, se pronuncian las caderas, aparece el vello corporal en zonas donde antes no había, entre otras tantas modificaciones naturales. Ese cuerpo duele porque crece y deja de ser lo que era.
A la par de estos acontecimientos también cambia el entorno social, en la actualidad somos bombardeados mediáticamente por estereotipos socialmente aceptados y en la mayoría de los casos, inalcanzables para los “mortales”, incluidas las adolescentes. Hoy existe el famoso “Thigh gap” o espacio entre muslos, donde la meta es volverse tan delgadas que sus muslos no rocen, incluso cuando tienen los pies juntos. Un claro ejemplo de cómo el entorno puede llegar a influir en ese cuerpo, que todavía está en definición, y que, en algunos casos, todavía es más cuerpo de niña que de mujer.
En la actualidad existen cientos de blogs donde se comparten fotografías de quienes “lo han podido lograr”, pero especialistas mencionan que prácticamente es imposible de hacerlo, ya que es una condición biológica que algunas mujeres pueden tener. No hay dieta, ni ejercicio, ni delgadez extrema que pueda lograrlo, es genético. Sólo por medio de cirugía plástica.
Para esto es importante poner atención en la conducta de la adolescente; conocer estas nuevas modas “ocultas” al saber popular, nos hace conscientes de los peligros de adquirir una imagen negativa de su cuerpo y a su vez desencadenando, muchas veces un trastorno alimenticio, afectando su salud física y emocional.
Lic. Brenda Martínez / lic_brenda@psicologosmonterrey.com.mx