Cuerpo adolescente- Considera asistir con el psicólogo

Un cuerpo con dolor. Un dolor, o dos o tres, no elaborados. Muchas veces no metabolizado en vivencias, donde sólo queda el cuerpo. Cuerpos frágiles o fortificados a pesar de los hechos, donde no hay más que subsistir. Un cuerpo delgado y frágil como a punto de romperse. Un cuerpo recubierto de armaduras en forma de piel o de tendencias.

Un cuerpo fragmentado. Intentos de deglución. Cuerpos que se cortan, se aíslan, se exponen. Donde el hacer acto de presencia “metiendo el cuerpo” es fundamental y necesario. Retadores del tiempo y de la vida. Enemigos de la costumbre.

Un cuerpo esquivo de un dolor interno y puesto en autoagresión. Un cuerpo que se enferma de aquello que no pasa por la palabra, lo enquistado y lo heredado.

Un cuerpo adornado, enriquecido. Un cuerpo propio y descompuesto. Un cuerpo tomado como vehículo de aquello que se busca o de lo que todavía no se sabe.

Un cuerpo a la vez con voz y tacto. Un cuerpo muchas veces apalabrado y sostenido. Un cuerpo latiente, con impacto de generar y crear. El cuerpo adolescente, mutando, conformándose. Un cuerpo presente.

 

Lic. Valeria Solorio

valeriasolorio@psicologosmonterrey.com.mx

 

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