La idea de que cuerpo y mente son entidades separadas, es obsoleta en la actualidad. Médicos y psicólogos trabajan en conjunto para poder luchar cuando algo físico está causando malestar en la persona. Inclusive, en algunos casos en que un médico, o varios, no encuentran la razón física de una enfermedad, deciden enviar al paciente al psicólogo para buscar la raíz emocional de un dolor en el cuerpo o falla en las funciones fisiológicas.
Se le llama SOMATIZACIÓN a cualquier síntoma físico que no tiene una explicación corporal aparente; estos síntomas no se producen intencionadamente y no son simulados, por lo anterior obliga a la persona a buscar ayuda médica una y otra vez.
Algunos síntomas típicos de la somatización
– Múltiples síntomas físicos que obliga a la búsqueda de atención médica o provoca un deterioro significativo social, laboral, o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
– Dolor de cabeza, abdomen, dorso, articulaciones, extremidades, tórax
– Síntomas gastrointestinales: náuseas, distensión abdominal, vómitos, diarrea, intolerancia a ciertos alimentos.
– Síntomas sexuales: disfunción eréctil o eyaculatoria, menstruaciones irregulares, pérdidas menstruales excesivas, dolor en el coito.
– Síntoma pseudoneurológico: coordinación psicomotora o del equilibrio, parálisis o debilidad muscular, dificultad para deglutir, sensación de nudo en la garganta, afonía, retención urinaria, alucinaciones, pérdida de la sensibilidad táctil y dolorosa.
Consecuencias
- Ideas compulsivas de temor de: la enfermedad puede empeorar si no me encuentran nada, me voy a morir, etc.
- Difícilmente reciben el apoyo de familiares y/o amigos por creer que está “mintiendo” ya que todos los médicos les dicen que no tiene nada.
- Sus actividades cotidianas se ven afectadas por lo anterior (el dolor, la necesidad de médicos, medicamentos, etc.
- Regresión: necesito ser cuidado.
- Difícilmente se cura y se vuelve crónico ya que no se encuentra la raíz.
- Puede terminar transformándose en una enfermedad real debido a la gran energía psicológica que se le invierte.
Recomendaciones:
- Reflexionar ¿qué problema en mi vida emocional puede estar afectando mi cuerpo? (familiares, en la relación de pareja, en el trabajo, etc.)
- ¿Hay algún sentimiento o secreto que me estoy guardando desde hace mucho y que no expreso con nadie?
- Los demás me dicen que tiendo a no expresar mis sentimientos.
- No dejar el apoyo psicológico como última opción; es importante darle lugar a lo físico, pero muchas veces la respuesta está en lo que sentimos, o en lo que arrastramos de nuestra historia.
- Descartar
- No olvidar que lo que uno calla o niega, sale por el cuerpo; el cuerpo fue nuestra primera vía de comunicación cuando no podíamos hablar y teníamos que sobrevivir. Muchas veces el adulto, de manera inconsciente, sigue haciéndolo de esa manera, lo que desafortunadamente le afecta en otras áreas de vida adulta.